Según cuentan, el marido
se fue a buscar tabaco,
aunque en realidad
se fue con una jovencita
de pelo platino y raíces retintas,
de vaqueros embutidos
marcando las anatomías mozas
de sus 18 años
Según cuentan, a las 4,
la víctima bailaba sevillanas
en la caseta de la feria,
con su cubata, los antidepresivos
y el vestido de estreno
A las 6 de la mañana
con la madre gruñendo
y los hijos bailando el éxtasis
le entraron unas ganas locas de morir.
Según cuentan
subió a la azotea,
aún llevaba el vestido nuevo
Y se tiró.
Cayó encima del coche del vecino.
El seguro no cubre
los desperfectos
y el vecino no ha ido al entierro
Los hijos huérfanos y la abuela
han comprado una corona de flores.
La han puesto donde cayó
la desafortunada muerta
Los vecinos se quejan
porque no pueden aparcar sus coches
Han colgado la corona
en la azotea
(Huelva, España, 1972)
de Verdad o consecuencia
4 comentarios:
De verdad, qué insolidaridad la de esta mujer que a la hora de matarse no lo hizo limpiamente y sin causar desperfectos. Cuánto egoísmo cuando no pensó en el coche del vecino...Muy buen poema y muy ilustrativo de esta (in)sociedad que somos. Besos, Emma y buen día!
Así, desestructurada, ha de ser la loca muerte. No darle mucho el gusto de la amargura...
Que crudo todo lo que describe de la cronica de la muerte de esta pobre mujer...
Un abrazo!
Todo el mundo debería morir así.
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