9 de enero de 2012

Maria Wine, Desolación


"Timeless", Fotografía de Katerina Lomonosov



DESOLACIÓN

Ella siguió viviendo su vida
en la habitación donde él había muerto
para seguir respirando siempre
sus últimos suspiros
reflexionar sobre las últimas
ideas que él pensó-
Se metía en sus ropas
se sentaba en su sillón
y leía una y otra vez
el último libro que él había leído
pero nunca pasaba de la página
a la que él había llegado-

Llevaba en la muñeca
el reloj de pulsera de él
que había hecho tic-tac a la velocidad de su pulso vivo
y ahora lo hacía débilmente al compás
del pulso renuente y triste de ella
Comía con los cubiertos de él
bebía de su taza favorita
Se peinaba con el peine de él
delante de su espejo
Se quedaba largo ratos mirando
al espejo buscando inquisitiva
como si esperase que la profundidad
le fuera a devolver por compasión
el rostro de él.

Con dedos llorosos
rompió
cartas que seguían martirizándolo
y todas las cartas que pretendían consolarla
Se hablaba a sí misma
pero con las sabias palabras de él
y solía meter sus solitarias
manos en la oscuridad de los guantes de él

Dormía en su cama
se ponía su pijama
apoyaba la cabeza en su almohada
en el hoyo que él había dejado allí
y antes de entregarse a la noche
pedía soñar los sueños de él
y que se la llevasen con ellos volando—



Maria Wine 
-Karla Marie Lundkvist - Karla Marie Petersen-
(Copenhague, Dinamarca, 1912- 2003)
Desde su juventud vivió en Estocolmo,  
y escribió toda su obra en sueco
de Minnena vakar, Albert Bonnier, 1994
en La incierta nave del quizá, Editorial Libros del Innombrable, 2002
Traducción de  Francisco J. Uriz
para leer MÁS
y en: VERBICLARA

13 comentarios:

Inma dijo...

Enlazada como oteadora en Desde babia 1, Y más. ;)

Gracias mil
Te buscaré en Faceboock

vera eikon dijo...

Oh! Cuánta tristeza, y cuánta belleza también. Retornar al otro a través de las pequeñas cosas, de los hábitos.Me has hecho pensar en algo....Y bueno, creo recordar que una vez escribí un relato en mi blog que hablaba de esto(pero de otra forma...). Ahora siento en mi boca el sabor de una tristeza dulce. Bicos!!!

EG dijo...

Otear es un verbo que acabo de descubrir gracias a tus palabras (lo había visto en tu blog pero lo dejé pasar) y ahora sé que es mirar desde lo alto para descubrir alto...BELLÍSIMO!!!
Abrazo Inma

EG dijo...

morimos viviendo y vivimos muriendo, vivimos en nosotros y vivimos en el otro...hay tantas maneras de permanecer como de irnos, cada cual elige su destino.

Ya sé de qué entrada hablás! Puede ser la de Leonora Carrigton?

vera eikon dijo...

En realidad estaba pensando en una entrada en prosa que se titula Eco. Pero si fuese poema, podría ser ese, por ese amor sin el que no podemos vivir(bueno yo no, Carrintong...)

Darío dijo...

Y eso pasa cuando pasa, tantas veces repetidas. Un encanto doloroso.

Axis dijo...

Es algo tan poético sí, pero de una inmensa tristeza, en la quietud de la tristeza... no sé quién podría soportarlo, aunque aletargado se quede en el recuerdo...

Beso.

Ricardo Bada dijo...

Hola, Emma (o Miriam), soy Ríccardo Cuore di Paglaccio, el autor de "Límeri de Bueno Saire", el libro que ganaste en el sorteo de La Lectora, y quería simplemente felicitarte y darte a conocer mi propio blog. Si leés estas líneas contactame por favor en el mail
bada-hansen@t-online.de
Vale.

maria candel dijo...

Preciosa la manera en que describe la percepción de la ausencia de alguien, y muy real y tangible el lenguaje.
La imagen, bella también.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Que manera brutal y hermosa de contar la ausencia... se me ha quedado prendido.
Abrazos para ti, Emma.
Leo

Anónimo dijo...

Ausencia y pérdida. Duelo, símbolos y significantes en juego, luego entonces, resignificar la memoria, y luego entonces, recobrar el nombre...

En mi propia tinta dijo...

qué poema increiblemente bello.
Ella había muerto, y no lo sabía.
besos

El Poeta Maldito dijo...

Iba a copiar el poema en mi facebook pero como todo está tan completo y prolijo que mejor pegoel link.

Permiso y saludos.

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