1 de enero de 2015

Hanni Ossott, 2 poemas 2 (II)


Obra de Andrea Kowch
UNA MUJER SOLA

A mí y a Gioconda Espina

Una mujer sola
           rodeada de cactus
           de Palos del Brasil
           tiene poca salida
           no puede ir al Circo
           la fiesta le está vedada
           la alegría pospuesta

Una mujer así, sola

                      de ella no queda nada.

Junio, 1991




Fotografía de Juergen Teller
POR SALIR DEL CHARCO

                                    A Washington con Manuel

En algún lugar del mundo
una mujer se sentaba todas las mañanas 
a contemplar un viejo edificio. 
Y había ventanas, sí 
plenas de sombras
hombres, mujeres, monstruos. 
Esa casa estaba deshabitada 
no había amantes, no.
Sólo aves que a veces cruzaban el horrendo paisaje.

En algún lugar del mundo
    había una lámpara rota 
    que no era de ella.
También un diccionario.

Eso no podía resolver su soledad.

Había tres árboles, cuatro árboles 
y ruidos, la calle, los automóviles.

En algún lugar del mundo ella 
no pudo hablar con quien podría
        ser su amante. 
El placer estaba vedado. 
Las ambulancias pasaban 
El fastidio cundía.

En algún lugar del mundo
ella se detenía
a ver un enchufe 
un sofá
una mesa repleta de libros y de centavos
y al marido: mustio, callado, leyendo...

También había pastillas, muchas pastillas 
y un avión que pasaba. 
Llevando a gente que sí tenía lugar.

En algún lugar del mundo 
        ella rezaba 
        por salir 
        por salir 
        del charco.

                                Washington, junio 1990 
                        Desde la próxima enfermedad...





Hanni Ossott Lipfert 
(Caracas, Venezuela, 1946 - 2002)
POETA/TRADUCTORA/ENSAYISTA
de El circo roto: poemas 1990-1993, Caracas, 
Monte Ávila Editores, 1996
para leer + en PANFLETO NEGRO 
y MÁS

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