Fotografía de Jakob Tuggener |
DON JUAN CAMINO AL INFIERNO
¿Quién piensa en las mujeres no más por diversión?
¿O cuerpos repetidos con un mismo afán?
Los ignorantes, los ocupados, quizás. Ese olmo
de carne probará ser lujo de primera;
atrevido y querido, con lluvia de tierra alterna.
Lo que no es condenar de intocable la China forestal.
No me uno al clero ni rendido estoy, y mi vasto conocer
de senos, sus altos pezones, se congrega en mí.
El desnudarse inusitado, las delicadas costillas, la boca.
Espléndida. Espléndida. Espléndida. Como Roma. Como ijares.
Glamour suficiente para nuestro maravilloso y largo morir.
Digo suficiente, y hablo con merecido privilegio,
mi vida ha sido consumida en esa ciudad foliada.
Hasta el almizcle. Pero no por diversión.
No habría perdido tanto no más por diversión.
Tampoco por amor, como pretenden los románticos: juego de niños
con deliberada ignorancia, a cada cual según su sueño.
Ni por el vientre impersonal ni por el ebrio corazón
he recorrido este largo, obstinado, desastroso trayecto.
Mas por el anhelo de esos archipiélagos de persona.
Tomarla en mis manos, cerrada como un gorrión
cantar y cantar infinitamente hasta que pasara de pájara
a bosque airoso. A selva. A fruta de palo santo.
A luz. A princesa. A mujer
en toda su particularidad y diferencia.
Después, ¡ay! en el tiempo subacuático de la noche,
indecente y quieto, hablar con ella sin costumbre.
Contento, he hecho esto con mi vida.
Quisiera poder contarles cómo es estar en esa oscuridad,
de pie en medio del enorme canto, y el mundo ajeno.
DON GIOVANNI ON HIS WAY TO HELL
How could they think women a recreation?
Or the repetition of bodies of steady interest?
Only the ignorant or the busy could. That elm
of flesh must prove a luxury of primes;
be perilous and dear with rain of alternate earth.
Which is not to damn the forested China of touching.
I am neither priestly nor tired, and the great knowledge
of breasts with their loud nipples congregates in me.
The sudden nakedness, the small ribs, the mouth.
Splendid. Splendid. Splendid. Like Rome. Like loins.
A glamour sufficient to our long marvelous dying.
I say sufficient and speak with earned privilege,
for my life has been eaten in that foliate city.
To ambergris. But not for recreation.
Nor for love as the sweet pretend: the children’s game
of deliberate ignorance of each to allow the dreaming.
Not for the impersonal belly nor the heart’s drunkenness
have I come this far, stubborn, disastrous way.
But for relish of those archipelagoes of person.
To hold her in hand, closed as any sparrow,
and call and call forever till she turn from bird
to blowing woods. From woods to jungle. Persimmon.
To light. From light to princess. From princess to woman
in all her fresh particularity of difference.
Then oh, through the underwater time of night,
indecent and still, to speak to her without habit.
This I have done with my life, and am content.
I wish I could tell you how it is in the dark,
standing in the huge singing and the alien world.
Christina Hendricks |
ENTRE POEMAS
Una mujer quiso saber
qué hacen los poetas
entre poemas.
Entre pasiones
y visiones. Le dije
que entre poemas
me preparaba para la muerte.
Ella quiso decir entre
una cosa y otra, lo común.
Comúnmente, me
preparo contra la muerte
que se aproxima.
Y doy gracias por
las mujeres a las que
he tenido el privilegio,
en extremo.
BETWEEN POEMS
A lady asked me
what poets do
between poems.
Between passions
and visions. I said
that between poems
I provided for death.
She meant as to jobs
and commonly.
Commonly, I provide
against my death,
which comes on.
And give thanks
for the women I have
been privileged to
in extreme.
Jack Gilbert
(Pittsburgh, Pennsylvania, EE.UU., 1925-2012)
de El dialecto olvidado del corazón / The Forgotten Dialect of the Heart,
DíazGrey Editores, McNally Jackson Books, Nueva York
Traducción de Eva Gasteazoro
para leer más en: CARÁTULA
3 comentarios:
Entre poemas /, amar
O acaso ni tanto
O sueños!!!
Trascendencia de las mujeres, a pesar de algún hombre cada tanto...
Los poemas: imponentes. Ding dong en el cuore.
Y además, una confesión: me hubiese gustado saber qué se siente, aunque solo fuera por una noche en mi vida, una sola noche, ponerme un vestido y lucirlo igual a como lo luce la chica que fotografió la Hendricks.
Publicar un comentario