Obra de Catrin Welz Stein |
“La mujer es vidente porque conoce los alegatos de su
cuerpo, porque los adivina. Sus pies son siempre los pies
de una anciana, a punto de enraizar en la tierra; su tronco
reverdece en la cueva de la entrega; sus ojos son siempre
los ojos de una niña, la que fue, la que será.
Aunque las riendas de la vida se le escapen, aunque el
hombre las ciña en rústicos arrebatos e imprima de nuevo su
rúbrica en las piedras del mundo, ella inaugura su propia
ruina.
Y alza en sus brazos a los niños que llegan. Y los niños que
no llegan la llevan de la mano, invisibles, hacia la vena que
divide el horizonte. Todas, por igual, padecen la misma
espera.
Hasta que un día, la mujer recorre su cuerpo desnudo con
manos temblorosas.
Y adentro, en su vientre, el tumor madura, y abre su ojo.”
Beverly Pérez Rego
(Halifax, Canadá, 1957)
Vive en Venezuela
POETA/TRADUCTORA/SOCIÓLOGA/LICENCIADA EN LETRAS/MÚSICA
de Providencia, Coro: Fondo editorial del estado Falcón,
Ediciones Libros Blancos, 1998
para leer MÁS
Ediciones Libros Blancos, 1998
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4 comentarios:
El hombre no puede ver nada. La mano de la mujer es también un ojo.
Inmenso final. Algo tiembla, debe ser la vena del horizonte que late...Abrazo
Qué fuerte poema...
Impresiona.
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