(Están tomando unos tragos en el Trocadero, un night club de Los Angeles, a fines de 1939) |
ASOMBRO
Enséñame – dices, desde tus veintiún años
ávidos, creyendo, todavía, que se puede enseñar alguna cosa
y yo, que pasé de los sesenta
te miro con amor
es decir, con lejanía
(todo amor es amor a las diferencias
al espacio vacío entre dos cuerpos
al espacio vacío entre dos mentes
al horrible presentimiento de no morir de a dos)
te enseño, mansamente, alguna cita de Goethe
(“detente, instante, eres tan bello”)
o de Kafka (una vez hubo, hubo una vez
una sirena que no cantó)
mientras la noche lentamente se desliza hacia el alba
a través de este gran ventanal
que amas tanto
porque sus luces nocturnas
ocultan la ciudad verdadera
y en realidad podríamos estar en cualquier parte
estas luces podrían ser las de New York, avenida
Broadway, las de Berlín, Konstanzerstrasse,
las de Buenos Aires, calle Corrientes
y te oculto la única cosa que verdaderamente sé:
sólo es poeta aquel que siente que la vida no es natural
que es asombro
descubrimiento revelación
que no es normal estar vivo
no es natural tener veintiún años
ni tampoco más de sesenta
no es normal haber caminado a las tres de la mañana
por el puente viejo de Córdoba, España, bajo la luz
amarilla de las farolas,
no es natural el perfume de los naranjos en las plazas
-tres de la mañana-
ni en Oliva ni en Sevilla
lo natural es el asombro
lo natural es la sorpresa
lo natural es vivir como recién llegada
al mundo
a los callejones de Córdoba y sus arcos
a las plazas de París
a la humedad de Barcelona
al museo de muñecas
en el viejo vagón estacionado
en las vías muertas de Berlín
Lo natural es morirse
sin haber paseado de la mano
por los portales de una ciudad desconocida
ni haber sentido el perfume de los blancos jazmines en flor
a las tres de la mañana,
meridiano de Greenwech
lo natural es que quien haya paseado de la mano
por los portales de una ciudad desconocida
no lo escriba
lo hunda en el ataúd del olvido
La vida brota por todas partes
consaguínea
ebria
bacante exagerada
en noches de pasiones turbias
pero había una fuente que cloqueaba
lánguidamente
y era difícil no sentir que la vida puede ser bella
a veces
como una pausa
como una tregua que la muerte
le concede al goce.
AMAZEMENT
Teach me, you say, from your twenty-one years
eager, believing, still, that things can be taught
and I, now over sixty
look at you with love
that is, with distance
(all love is love of the differences
of the empty space between two bodies
of the empty space between minds
the horrible presentiment of not dying as two)
I teach you, meekly, a line from Goethe
(“Stay now! You are so beautiful!”)
or Kafka (once there was, there once was
a siren who did not sing)
as the night slowly slips towards dawn
through this great big window
you love so much
because its nocturnal lights
hide the true city
and in reality we could be anywhere
these lights could be in New York, on
Broadway, or in Berlin, on the Konstanzerstrasse,
in Buenos Aires, on Corrientes
and I hide from you the only thing I really know:
a poet must feel that the world is not natural
that it is amazing
a revelatory discovery
that it is not normal to be alive
it not natural to be twenty-one years old
nor is it natural to be over sixty
it is not normal to have walked at three in the morning
over the old bridge in Cordoba, Spain, beneath the yellow
streetlamps,
it is not natural to smell the orange trees in the plazas
at three in the morning
not in Oliva nor in Sevilla
it is natural to be amazed
it is natural to be surprised
it is natural to live as if you have just arrived
to the world
to the backstreets of Cordoba and its arches
to the plazas of Paris
to the humidity of Barcelona
to the doll museum
to the old wagon parked
on the dead streets of Berlin
It is natural to die
without having strolled hand-in-hand
through the gates of an unknown city
without having smelled the scent of blooming white jasmine
at three in the morning,
Greenwich mean time
it is natural for those who have strolled hand-in-hand
through the gates of an unknown city
to not write about it
they bury it in the coffin of the forgotten
life gushes everywhere
consanguineous
drunk
exaggerated bacchante
in nights of murky passion
but there was a fountain that clucked
languidly
and it was difficult not to feel that life could be beautiful
at times
like a pause
like a truce that death
concedes to pleasure.
Cristina Peri Rossi
(Montevideo, Uruguay, 1941)
Reside en España
ESCRITORA/POETA/LICENCIADA EN LITERATURA COMPARADA/PERIODISTA/TRADUCTORA
de Habitación de hotel, Plaza&Janés, 2006
Traducción al inglés de Daniel Borzutzky
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7 comentarios:
Que bello!!!
Después de leer esto como atreverse a escribir?
Cada línea me deja pensando,disfrutando,saboreando la poesía bella y las ideas tan intensas que trae.
Maravilloso!!!!
Saludos!
Pero qué alegría Sildelsur!!!
CPR tiene una manera de enfrentarnos a la vida...a su mirada...ASOMBRO es uno de los mejores poemas de ella que leí, sin dudas. Es bueno saberte acá, besos.
Qué hermoso...
Iba a decir "me quedo con" pero no es posible, me quedo con todo el poema, me queda el asombro.
Gracias por compartirlo, Emma
Bien Betina Z, igual que a mí!!!
no sé si lo había leído y lo había olvidado...
pero no creo que sea posible, ahora olvidarlo, nuevamente!
gracias!
BRAVO.
El puro sentir de la vida y la poesía quedan manifestados junto con toda tu belleza.
Este es espectacular. El mejor que leí de ella hasta ahora.
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