14 de marzo de 2011

Ana Sofía Pérez-Bustamante, Géminis ante el altar del Dios desconocido

Fotografía de Sonya Jach

GÉMINIS ANTE EL ALTAR DEL DIOS DESCONOCIDO

"porque su nombre
cabe en el desconsuelo del hombre que está solo."

Luis Cernuda

En el altar de mi silencio
te invoco, Dios, con la modestia de quien sabe
que nombra un simulacro.
Para mi pensamiento eres
la fina piel que cubre (con que cubro)
mi frágil soledad, mi enorme desamparo.
Yo sé que lo primero,
y último, es el miedo, mi miedo.
Y cómo necesita mi corazón un doble
bueno, capaz de perdonarme
lo que no me perdono. Lleno
tu nombre de todo lo que no soy,
lo que no seré nunca.
(...Amor, no sé si existes. Tuyo, te amo).
Oh, Dios mío, desconocido
¿interlocutor? ¿oyente? cotidiano, acoge
esta ofrenda de sombras y de espejos
de un animal confuso, sentimental y débil,
que no te pide (sólo) felicidad eterna, sino
un báculo a diario que soporte
el peso de su azar y su destino.





Ana Sofía Pérez-Bustamante 
(París, Francia, 1962)
de Mercuriales, Colección Esquío de Poesía, 2003 
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11 comentarios:

Errata y errata dijo...

Maravilloso. Me lo guardo.

Carmela dijo...

...Capaz de perdonarme lo que no me perdono.....Lleno tu nombre de todo lo que no soy, lo que no seré nunca...

No hubiese sabido poner estas palabras para expresar tan perfectamente lo que dicen .

Me encanta. Y la foto es perfecta

Un beso

almudena dijo...

DESDE LA DISTANCIA GRACIAS POR DEJARME LEER, ESPERO QUE SIGAS CON MI AMISTAD

vera eikon dijo...

Estoy de acuerdo con vosotras....me parece un poema maravilloso. Un poema de cabecera. De tenerlo sobre la mesilla noche y de vez en cuando volver a él.
Lo leo y me doy cuenta de que siempre he necesitado un interlocutor invisible, al que nunca he llamado dios, pero en el que necesito apoyarme. En él( o ella) siempre encuentro comprensión y espacio. Redención y oxígeno. En él vuelco este mundo que muchas veces me sobrepasa(en belleza y oscuridad) y ante él lo regurgito, antes de volcarlo en el papel (y ahí es donde ese mundo se dimensiona, amoldándose a lo que soy). ¿Qué sería de mí sin ese que me escucha, sin ese al que le hablo?
Besos

Blue dijo...

¡Dios mío, que bueno!
Besos****

Marga dijo...

Soportar el peso del azar cada día, ajá, es lo único que deberíamos pedir (y dar) a aquellos a quienes queremos...

Precioso, y sencillo, poema.

Besos, Emmagunts

GL dijo...

hermoso poema, lo dejo como mi plegaria

Darío dijo...

Cuanta belleza fluye de semejante desamparo en el que andamos, Emma.

José Antonio Fernández dijo...

Muy buen poema. Si por mí fuera le concedería todo lo que me pidiera. Con una oración así no hay quien se resista.
Un abrazo.

ROSA ALIAGA dijo...

El miedo, ese gran monstruo que nos puede llevar directos al infierno.
Como me gusta ponerte cara y saberte cerquita.
Mua!

EG dijo...

Qué bueno que aparecieron (casi) todos!!! me alegro mucho que les haya gustado. Seguramente Ana Sofía también, y con mas razones que yo, sonreirá...!

A todos, gracias.

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