30 de noviembre de 2013

Almudena Guzmán, 2 poemas 2 (II)


Fotografía de Sarah Ann Loreth

Esto va a venirse abajo
de un momento a otro
y usted lo sabe.

El amor ya no es un templo griego
sino algo parecido a un desastre de líneas
oblicuas que aprisionan todo intento de lluvia.
Y es gris.
Tan gris como estas perspectivas de furias
que se nos viene encima.

(de Usted, Hiperión, Madrid, 1986)



Fotografía de Sarah Ann Loreth

Dale tiempo al corazón,
estudia a fondo sus mecanismos de defensa,
raciona severamente sus reservas de luz y de aire
y de agua,
antes de que crezcan los árboles del invierno
y ahoguen su espacio otoñal en el bosque.
Dale tiempo al corazón,
todavía puedes,
hazlo con esa inteligencia y esa capacidad de análisis
que te caracteriza,
como si su vida dependiera de un problema de matemáticas
a resolver.

Pero resuélvelo pronto. Mira que ya viene el frío
y la comparsa del hielo a retirarte el examen.

(de Calendario, Hiperión, Madrid, 1998)




Almudena Guzmán 
(Madrid, España, 1964)
para leer MÁS



29 de noviembre de 2013

Alicia Peressutti, La esquina le quedó grande...



Fotografía de Sarah Ann Loreth

La esquina le quedó grande,
la vereda era de dos por tres,
los tacos le quedaron altos
se le encorvaban los pies.
La noche le quedó inmensa
eran tan pocos sus dieciséis,
para desafiarla de frente
y pararse al derecho y revés.
La esquina le quedó grande
el miedo no es compañero fiel,
el maullido de un gato enamorado
le hizo añicos la sien.
Los minutos se hicieron días
el alma se le hizo piel,
se le escapó la valentía
galopando un negro corcel.
Y se quedó con su inocencia,
y un dulzor helado en su ser,
quizo huir de la noche
dejarlo todo y correr.
Recordó la heladera vacía,
la tripas silbando, sin comer
y maldijo la pobreza amarga
su vida, sus sueños y la ley.
Tomó aire de la noche,
se juró a sí misma no volver,
hasta que hiciera una moneda
para comprar para comer,
Un auto de publicidad
con el nombre escrito en inglés,
le fue cercando los ánimos 
a centímetros de sus pies.
El cristal se bajó un poco,
en las sombras no pudo ver
el hombre le dijo !Cuánto!
subió sin responder.
Un silencio de muerte,
le heló la sangre en diez, 
se persignó en silencio
rogando a la Virgen volver.
El auto se movió de prisa
entró de lleno al motel.
el hombre estaba apurado
un trámite más para él.
La noche quedó afuera,
y sus sueños y su niñez,
entró el dolor, la pena
la angustia y la tristeza a la vez.
El hombre la nombró "puta", 
y le arrancó el alma de una vez,
le partió en dos el cuerpo
y le mato la niñez.
La dejó en la esquina de antes,
un tramite más para él,
ella se quedó inmóvil, 
como las estatuas de Miguel.
Una madonna sin vida,
con el cuerpo hecho hiel.
y sus ojos de océano
húmedos de llanto y miel.
La noche le quedó grande
eran tan pocos sus dieciséis...




Alicia Peressutti 
(Ucacha, Córdoba, Argentina, 1969) 
Reside en Villa María
el blog de su ONG VÍCULOS EN RED
para leer una NOTA

28 de noviembre de 2013

Gloria Fuertes, ¡Hago versos, Señores! (+1)


Fotografía de Sarah Ann Loreth

¡HAGO VERSOS, SEÑORES!        

Hago versos señores, hago versos,
pero no me gusta que me llamen poetisa,
me gusta el vino como a los albañiles
y tengo una asistenta que habla sola.
Este mundo resulta divertido,
pasan cosas señores que no expongo,
se dan casos, aunque nunca se dan casas
a los pobres que no pueden dar traspaso.

Sigue habiendo solteras con su perro,
sigue habiendo casados con querida
a los déspotas duros nadie les dice nada,
y leemos que hay muertos y pasamos la hoja,
y nos pisan el cuello y nadie se levanta,
y nos odia la gente y decimos:¡la vida!
Esto pasa señores y yo debo decirlo.

(de Todo asusta, 1954)




Fotografía de Sarah Ann Loreth

ESCRIBO

Escribo sin modelo
a lo que salga,
escribo de memoria
de repente,
escribo sobre mí,
sobre la gente,
como un trágico juego
sin cartas solitario,
barajo los colores,
los amores,
las urbanas personas
las violentas palabras
y en vez de echarme al odio
o a la calle,
escribo a lo que salga.

(de Historia de Gloria, 1983)




Gloria Fuertes 
(Madrid, España, 1917 – 1998)
para leer MÁS

27 de noviembre de 2013

Inmaculada Mengíbar, ¿No se te olvida nada?



(*)



¿NO SE TE OLVIDA NADA? 

Desayunar croissants en hoteles de mil 
estrellas. 
Despertar 
viendo el mar a través de palmeras 
inmensas, 
buscándonos después de habernos 
sumergido 
en nuestras propias olas 
y volver a la orilla entre risas de sol y zumo de 
naranja 
empapados de besos. La droga de vivir 
pendiente de la droga que era tenerte cerca 
(aunque pensar en ti 
fue también una forma de tenerte conmigo 
durante tantos años), 
el terror de los sueños a hacerse realidad 
y un miedo inconfesable a no tener excusas, 
todo parece hoy tan lejano y tan mío. 
Escapar de algo juntos hacia nunca. 
Hacia siempre. 
O dejar que el azar hiciera de las suyas
y eso nos perdiera. 
Escapar de algo juntos. 
Tener la vida entera para escondernos 
y (¿por qué no me dijiste todo esto, 
entonces?) 
tener el tiempo justo para meterlo todo 
en un poco de tiempo: 
la playa, las camisas, los paseos, los libros, 
los ratos de silencio, las caricias, las huidas, 
las trampas peligrosas donde caemos a 
veces, 
las palabras que al fin terminan 
rescatándonos, 
esos vaqueros claros, 
la cinta de Iggy Pop que te grabó tu hijo, 
los pantalones negros que te sientan tan 
bien, 
y la cena de anoche, 
el postre que pedí de nueces y de fresas, 
lo que estuviste a punto de decirme 
y callaste. 
Desayunar croissants en hoteles de mil 
estrellas. 
Despertamos 
entre un oleaje de coches que se abren 
como barcas al mar 
–la Gran Vía bebiendo el sol de la mañana– 
y un cielo transparente de agua mineral. 
La droga de vivir. 
Tener el tiempo justo para meterlo todo 
en un poco de tiempo: 
la chaqueta de cuero que llevabas 
el primer día, los planes para volver a vernos, 
el colchón en el suelo, 
las bebidas de anoche a medio terminar, 
una imagen de ti con el pelo mojado 
saliendo de la ducha, 
el tacto de tu piel todavía en mis dedos, 
los vaqueros oscuros, 
esa camisa blanca que te sienta tan bien, 
las ganas de reír en plena madrugada. 
Vámonos. Todo listo. 
¿No se te olvida nada? 
Ya en el taxi, 
Buscábamos palabras para decir adiós 
y encontrábamos besos. 
Y después, al llegar a la sala de embarque… 
Mejor no recordar el aeropuerto 
(La realidad no dura mucho tiempo.) 




Inmaculada Mengíbar 
(Córdoba, España, 1962)
(*) s/d del autor de la fotografía
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Ingibjörg Haraldsdóttir, Poema de Noviembre (+1)


Fotografía extraída de ACÁ

POEMA DE NOVIEMBRE

I

Me he sentado algo lejos. Esperando
que la tormenta pasara.
Eso creía.

De pronto estalló en mis oídos
un suspiro
desde el bosque de Octubre:

Desnudos y negros se alzaban los árboles
fríos todos los pájaros como la muerte
y helado el silencio

hasta que alguien dijo: De aquí
salen todos los caminos



Fotografía de Elina Brotherus

II

Tú que conocías todas las respuestas
caminabas estirado
por el valle
con el dedo señalaste la cima:
hasta allá
querías llegar
sin vacilar, sin dudar.
Convencido

y ahora cabizbajo te paras
a la redonda sólo el blando
marisma

y el silencio





Fotografía de Elina Brotherus
III

Como haber perdido a Dios
sin haberlo nunca tenido

como quedarse de pie
en el muelle
lista para viajar
y mirar los barcos
pasar de largo

como haber perdido
algo
que nadie nunca ha tenido


B O N U S  T R A C K 


RESPUESTA

Al otro lado de la montaña
es más tangible el silencio.

Allí hay otras montañas
y otros pájaros.

Las sombras son más largas
y las piedras más suaves.

Tú decides

si me crees.

SVAR

Hinum megin við fjallið
er þögnin áþreifanlegri.

Þar eru önnur fjöll
og aðrir fuglar.

Skuggarnir eru þar lengri
og steinarnir mýkri.

Þú ræður

hvort þú trúir mér.




Ingibjörg Haraldsdóttir 
(Reikiavik, Islandia, 1942 - 2016)
Traducción de la autora
extraído de OCURRE MIENTRAS DORMIMOS
para leer MÁS

26 de noviembre de 2013

Gustavo Borga, 5 poemas 5 (I)

Fotograma de Mickybo & me, Terry Loane (2005)

Desde la noche
que interrumpieron
su sueño
la niña 
comenzó a tejer

Tejió 
veinte años

Terminé
dijo un día
y arrojó la red

sobre sus padres.

Dalla notte
che hanno interrotto
il suo sonno
la bambina
ha cominciato a tessere

Ha tessuto
vent’anni

Ho finito
disse un giorno
e lanciò la rete

sui suoi genitori.



Fotograma de Mickybo & me, Terry Loane (2005)

Cacé
al hombre sucio
de sucias manos

Lo sorprendí 
en su cuarto
mientras dormía

Ahora
atado a una silla
la bestia
espera la muerte

Apunto

(detrás de mí
hay un niño)

Disparo.



Fotograma de Mickybo &  me, Terry Loane (2005)

El caballo que viste
fugazmente
desde la ventana
del colectivo

(el animal estaba solo
parado en cuatro patas
en medio del campo)

era yo

Yo me llamo Gustavo
Gustavo Borga me llamo

Soy tu espejo.




Fotograma de Mickybo &  me, Terry Loane (2005)

S
e fue

Está sola

De noche
orina en el suelo
al pie
de su cama
como un animal.




Fotograma de Mickybo &  me, Terry Loane (2005)

Ya ves
Estoy ante la puerta
de tu casa
Quizá
te parezca extraño
lo que voy a pedirte
Quisiera
que con tus manos

-con una sola no con las dos-

me preguntes

¿Tenés frío?
¿Has comido?
¿Has dormido?

Y por último quisiera
que con tus manos

-por favor con las dos-

me digas

Cuidate mucho Gustavo

Entonces yo
-que tuve una llave
para abrir esa puerta-

Te daré la espalda
y me perderé en la noche.




ph Flor Garello
Gustavo Borga 
(Villa Nueva, Córdoba, Argentina, 1960)
POETA/ESCRITOR/FERROVIARIO
de Patitos degollados, 2002
en Poesía reunida,  llantodemudo colección poesía -29-, 2009
para leer una ENTREVISTA Y MÁS POEMAS
y MÁS

25 de noviembre de 2013

Piedad Bonnett, 2 poemas 2 (III)


Fotografía de Irving Penn, 1949
CANCIONES DE AUSENCIA

1

Aquí dijiste…

Aquí díjiste:
“son hermosos
los ojos húmedos de los caballos”.
Y aquí: “me encanta el viento”.
Desando yo tus pasos, revivo tus palabras.
Y te amo en la baldosa que pisaste,
en la mesa de pino
que aún guarda la caricia de tu mano,
en el estropeado cigarrillo
olvidado en el fondo de mi bolso.
Recorro cada calle que anduviste
y sé
que amaste este abedul y esta ventana.Aquí dijiste:
“así soy yo,
como esa música
triste y alegre a un mismo tiempo”.
Y te amo
en el olor que tiene mi cuerpo de tu cuerpo,
en la feliz canción
que vuelve y vuelve y vuelve a mi tristeza.
En el día aterido
que tú estás respirando no sé dónde.

En el polvo, en el aire,
en esa nube
que tú no mirarás,
en mi mirada
que te calcó y fijó en mi más triste fondo,
en tus besos sellados en mis labios,
y en mis manos vacías,
pues eres hoy vacío
y en el vacío te amo.

(en De círculo y cenizaEdiciones Uniandes, Bogotá, Colombia, 1989)




Fotografía de Emily Doe
CADENAS

Como un niño obstinado
que persiste en salir del laberinto
deambulas noche a noche por mis sueños.
Con el alma encogida yo te sigo
sabiendo que más tarde o más temprano
tú encontrarás la puerta y yo el olvido.

(de Nadie en casa, Universidad Externado de Colombia, 
Facultad de Comunicación Social-Periodismo 2006)




Piedad Bonnett 
(Amalfi, Antoquía, Colombia, 1951)
POETA/NOVELISTA/DRAMATURGA/CRÍTICA LITERARIA
su WEB 
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24 de noviembre de 2013

Esther Garboni, 3 poemas 3


Fotografía de Elina Brotherus




Los espejos no hacen distinciones, -dice mamá- guapos o feos,
a todos nos reflejan.
Nosotros, ya ves, nunca los vemos
sólo nos miramos a nosotros mismos
y, a veces, incluso nos disgustamos
por lo que en ellos vemos.
Una vez un espejo me ofreció una imagen
que quisiera recuperar,
pero ese préstamo sólo dura instantes.
Hay personas espejo -dice mamá- y nunca nadie los ve.

(2010)





Fotografía de Lara Alegre






Mi memoria es tan leve
como la fecha en la pizarra.
¿Qué día es hoy?

(2006)







Fotografía de Kylle Scully



CARPE DIEM
Los días mayores 
son como este.
Hoy somos más viejos que nunca.

Pero bajo del taxi y pienso:
Nunca seré tan joven como hoy.

(de Tarjeta de embarque, Sevilla, SIM Libros, 2009)






Esther Garboni -Esther García Bonilla-  
(Sevilla, España, 1973)
POETA/ESCRITORA/LICENCIADA EN FILOLOGÍA HISPÁNICA
para leer MÁS
su BLOG
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