2 de octubre de 2014

Julia Hartwig, 4 poemas 4


Carta manuscrita de Ludwig van Beethoven

EL MANUSCRITO

En la casa natal de Beethoven
puede verse, expuesto en una vitrina, un autógrafo del compositor
repleto de tachaduras y correcciones.
Es la carta en la que pide a un poderoso príncipe que acepte
la sinfonía que acaba de concluir.
Ninguna composición de este genio
muestra sobre el papel huellas de un esfuerzo como el que trasluce esta carta,
dirigida al soberano de un pequeño Estado a quien hoy ya nadie recuerda.

(Bonn, junio de 2000)

Rękopis

W domu gdzie urodził się Beethoven
można oglądać w szklanej gablocie rękopis kompozytora,
z dziesiątkami przekreśleń i poprawek.
Jest to list do możnego księcia z prośbą o przyjęcie
skomponowanej właśnie symfonii.
Żadna z kompozycji tego geniusza
nie nosi na papierze śladów takiego wysiłku jak ów list
do nieznanego dziś nikomu władcy małego państewka.

(Bonn, czerwiec 2000)

O MANUSCRITO

Na casa onde nasceu Beethoven
pode ver-se, exposto numa vitrine, um texto do compositor escrito à mão
cheio de rasuras e correções.
É a carta em que pede a um poderoso príncipe que aceite
a sinfonia que acaba de concluir.
Nenhuma composição deste génio
mostra no papel marcas de um esforço idêntico ao que transparece nesta carta,
dirigida ao soberano de um pequeno Estado de que hoje já ninguém se lembra.

(Bona, junho de 2000)

(Traducción al portugués de DO TRAPÉZIO SEM REDE)



Fotografía de Elinor Carucci

RUEGO

Da descanso a nuestras envidias
a nuestro desdén a nuestras quejas porque el destino no nos haya
encumbrado bastante
danos una mirada limpia desprovista de recelos
evoca en nosotros la dulzura de una niñez que solo vive el presente
alivia la culpa de quienes no osamos alzar nuestra voz
haz que cuanto nos supere no nos humille al hacerlo
sino que despierte en nosotros gratitud y asombro
premia a quienes nos procuren alegría
y el dolor purificador de su arte
Haz que lleguemos a ver
a Federico Fellini cruzar las puertas del cielo
mientras una multitud aplaude con estruendo

Prośba

Daj odpoczynek
naszym zawiściom
naszej pogardzie pretensjom
że nie dosyć wyniósł nas los
daj nam widzenie czyste
niepodejrzliwe
przypomnij słodycz dzieciństwa
żyjącego przygodą dnia
ulżyj winom których nie śmiemy
wypowiedzieć głośno
spraw aby to co nas przekracza
nie upokarzało nas
lecz budziło wdzięczność i zachwyt
wynagródź tych którzy dali 
nam radość
i oczyszczający ból swoją sztuką
Spraw byśmy oglądać mogli
jak Federico Fellini
wjeżdża do otwartego nieba
przy gromkich oklaskach tłumu



Fotografía de Lilyana Karadjova

DIME HASTA CUÁNDO PERVIVIRÁN LOS ANTIGUOS NOMBRES

Merced a ti pervive lo ya ido
hombres y ciudades conforman un todo colmado de nobles recuerdos
Mas basta con borrar las dedicatorias de los monumentos
con despoblar los jardines de etéreos fantasmas y de espectáculos de luces
para que todo cuanto existe deje de hacerlo para siempre
vaciado de reminiscencias repoblado por una multitud
hace mucho que dejó de entender por qué habría de deambular
entre estilos estrafalarios entre edificios que no sirven para nada
Pues qué catedral es esa que ya no vela
una muchedumbre de antiguos constructores y peregrinos
y por qué razón no podría servir el Louvre de bolera
o la Ciudadela de manicomio
Aún queda alguien que guarda ese saber cada vez más incierto
quién es Tobías y qué es el juramento de los Graco
Holofernes Judith Betsabé Jezabel
Saúl David el rey Salomón santa Ana con la Virgen y el Niño
Pero dime hasta cuándo pervivirán los antiguos nombres
cuánto tiempo perdurará aunque sea su rumor
Cuándo serán objeto de burla cuándo habrán muerto para siempre
por antojársenos ya el arte y la historia
un peso insoportable



Fotografía de von Georg Pahl, 1926

A DESPECHO DE UNO MISMO

Todos los poetas del mundo escriben el mismo poema
describen la misma roca contra la que se hace pedazos el mar
esa misma pérdida que a ninguno de ellos les fue evitada
en el mismo instante experimentan el éxtasis de vivir
la misma noche se tienden en el lecho de las sombras
Llegan a conocer un desaliento tan omnímodo
que el mundo deja de existir para ellos
y cuando tratan de reconstruirlo
su abundancia los hace reventar
En esta magna sinfonía que están ejecutando
solo a los primeros violines honra el director con un apretón de manos
y aunque todos ellos se someten a la ley de la misma armonía
cada uno quisiera ser amado al margen de los demás



Fotografía de Mariusz Kubik
Julia Hartwig 
(Lublin, Polonia, 1921 - 
Gouldsboro, Pensilvania, EE.UU., 2017)
de Dualidad, Antología poética, Vaso Roto, 2013
Traducción de Antonio Benítez Burraco y Anna Sobieska
extraídos de UDLLIBROS
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4 comentarios:

una chica de ojos marrones dijo...

me encanta esta mujer!!
gracias por compartir estos poemas!!
yo estoy esperando que me llegue un día de estos, otro libro que encargué de ella por internet, "hablando no solo para uno mismo", porque después de su "dualidad" necesitaba volver a leerla...
besotes!!!

EG dijo...

Muy buen dato! Estoy atrasada con muchas lecturas pero esta poeta me interesa muy especialmente. Las polacas...las polacas...tienen esa mirada impresionante...

Leo Mercado dijo...

Hay que pensar que muchas veces la trayectoria de un individuo, cuando no determina, influye notablemente en su escritura.

Anónimo dijo...

Gracias por estos poemas, me encantan las chicas Gunst.Saludos, Xtina.

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