29 de febrero de 2016

Andi Nachon, Tapame los ojos (+1)


Obra de Adriana Varejão


TAPAME LOS OJOS

Tapame los ojos:
hace frío detrás de las ventanas y este sábado
el invierno se disuelve entre nosotros. Da vértigo

tapame los ojos. No sé
qué hacer con este frío sobre mi cuerpo
algunas noches, reconozco
esa marca detenida en mis muñecas:
signo
que mostrar orgullosa levantando los brazos: “Esto
han hecho con mi cuerpo”. Así
como un refugiado muestra
sus dedos sin uñas y eso
se vuelve su último orgullo. El tuyo.
Da vértigo, el frío recortando cada objeto. Entre nosotros

llega otro invierno. Una papa
humeando desde un cacharro de metal -para ver
desde allí- los ojos del amo:
tapame la cara

mirando hacia adentro,
hacés té y leés
tranquilo al calor de la lámpara
afuera
el invierno golpea, no sé
qué puedo decirte desde este puerto: “hizo frío
y el día se extinguió lentamente – casi- sin dolor”. 
Ahora
se dan vuelta los ojos y sube el vértigo, cubrime la 
cara
tapá
este frío de refugiada que mataría
por el calor de una papa. Cuerpo

helado al costado del camino
- el mío- frente a una linterna
encandilada, para gritar: esto
han hecho conmigo. Mientras la noche
profunda se instala y corren
suaves gotas sobre las ventanas. – “No,
no deberíamos ser apacibles”-. 
Ahora:

ojos volcados hacia adentro
como quien dice – levantando los brazos-
“hagan
lo que quieran con este cuerpo”, en medio del invierno
vos
leés al calor de una lámpara y esta noche
se instaló suave, prácticamente calma.

de Warzsawa, Bajo la luna nueva, 1996
en Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI: el turno y la transición
Siglo XXI Editores, 1997 / Compilador Julio Ortega


 B O N U S  T R A C K 

LA CURA: ES VIERNES, ESTOY ENAMORADA

Una estrella el aloe en tu terraza
permanece firme en su constelación voraz: crasas
cactus y cactáceas
abiertas a la tarde en dignidad. No hay 

altruismo para el día a día, la helada o el viento norte en su caída 
aunque todo sea ahora resto –plusvalía– suavemente florecida

en su incomodidad. De aquí en más
buscarás ligereza, liviandad
machacando a la manera de esos globos
fiesteros que al ascenso vemos a lo lejos
volar liberados por otros quién sabe hacia dónde

con augurios de buena fe o sencillamente
cierta felicidad. Más preciso: esos que aman

a la persona correcta y lo saben o mejor
todavía quienes aman
incorrectamente lo saben y deciden
amar igual. Criaturas raras

estas flores carnosas rumiando arriba
siete pisos sobre el nivel urbano sobre el nivel
del mar, nada en particular
rosas intensos, ásperos violáceos y espinas
claro que flores al fin, flores igual. Su inesperada aparición
este corto trajinar. Cada tarde
 
un final con su principio
el atardecer al oeste siempre y definitivamente
la pérdida es simple y a perder se aprende. Caerán las flores
algunas damas caerán: algo manchadas
al piso y despatarradas. Pero este viernes 

mejor elegir ese instante del aloe
brillante contra las sábanas aireadas
su sincronización ordenada: tanta fe
para sostener una estación, esta temporada.

de En la música vamos. Poesía reunida 1990-2019, 2019


Andi Nachon 
(Buenos Aires, Argentina, 1970)
POETA/DOCENTE/GUIONISTA/PERIODISTA
para leer + en EL MUNDO INCOMPLETO
y + en ZUNÁI

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