24 de agosto de 2016

Deborah Landau, 2 poemas 2 (+1)


Ilustración de Sally Nixon

Antes de tener niños,
hazte con un perro.

Entonces cuando te hagas con el niño,
espera a que el perro muera.

Cuando el perro muere,
es un alivio.

Cuando  tus niños no lo son,
quieres un perro de nuevo.

Los usos del cuerpo,
a ver dónde terminan.

Pero solo vamos por la mitad,
la mitad del camino.

Los órganos que se hacen más grandes en los bolsillos de felpa
desgástandose poco a poco.

Estamos aquí y pronto no estaremos
(a pesar de la cómoda cama el perro de peluche la almohada los libros el reloj).

El muchacho con sus calcetines y pijamas.
Una serie de colisiones accidentales.

Presión en el pecho. Todo el mundo respira
por ahora, dentro y fuera, durante toda la noche..

Estas cosas tristes tienen que ser.
Entro en la cocina del pensamiento para endulzarme.

Los huevos duros no van a hacer nada.
Ostras. Desinfectante. Mantequilla de maní. Ginebra.

Gran cara de bebé, me hartas.
Tengo veinte. Tengo treinta. Tengo cuarenta años.

Una amiga me dice Escucha,
trata de calmarte.

Versión de Ana Gorría



Before you have kids,
you get a dog.

Then when you get a baby,
you wait for the dog to die.

When the dog dies,
it’s a relief.

When your babies aren’t babies,
you want a dog again.

The uses of the body,
you see where they end.

But we are only in the middle,
only mid-way.

The organs growing older in their plush pockets
ticking toward the wearing out.

We are here and soon won’t be
(despite the cozy bed stuffed dog pillows books clock).

The boy with his socks on and pajamas.
A series of accidental collisions.

Pressure in the chest. Everyone breathing
for now, in and out, all night.

These sad things, they have to be.
I go into the kitchen thinking to sweeten myself.

Boiled eggs won’t do a thing.
Oysters. Lysol. Peanut butter. Gin.

Big babyface, getting fed.
I am twenty. I am thirty. I am forty years old.

A friend said Listen,
you have to try to calm down.




Ilustración de Sally Nixon

NO TENGO UNA PASTILLA PARA ESO

Me asusta mirar
a una mujer cojeando
por la acera, apoyándose en

un adagio encorvado—
tengo tanto miedo
que podría dibujar un diagrama

de la gran dislocación
pronto todos nosotros
estaremos de vuelta.

La boda ha terminado.
El verano ha terminado.
Explícamelo, por favor.

El libro de la vida está casi a la mitad.
No tengo una pastilla para eso,
dijo el médico.

Versión de Carlos Alcorta



I DON'T HAVE A PILL FOR THAT

It scares me to watch
a woman hobble along
the sidewalk, hunched adagio

leaning on —
there’s so much fear
I could draw you a diagram

of the great reduction
all of us will soon
be way-back-when.

The wedding is over.
Summer is over.
Life please explain.

This book is nearly halfway read.
I don’t have a pill for that,
the doctor said.




B O N U S  T R A C K 


Ilustración de Sally Nixon

SOLITARIA

Ese verano no quedaba en mí nada de la niña que fui.
Se hizo evidente poco a poco.
De repente ocurrió.

En la piscina, yo pesaba más que la luz.
Picada de viruela y escuálida con un sombrero de ala ancha.
¿Qué será de mi cuerpo

cuando esté tirado toda la noche en el suelo?
Pleno verano. Inspiración. Expiración.
No soy una bombona de oxígeno.

Dos veces a la semana tenemos sexo.
Veo a las ágiles chicas junto a la piscina
casadas con hijos, con anchas

caderas de mujeres maduras.
No puedo ver más allá del punto en el que estoy.
Como tú, sólo estoy de paso.

Quiero mantenerme durante un tiempo.
No quiero nada
ni renunciar a nada, no quiero

estar entre algodones o exhibirme en carne viva.
Si yo retinol. Si yo maratón.
Si yo vitamina C. Si yo carmesí

mis labios y mi pelo moteado.
Si yo cera. Exfoliar. Copular
al lado del pescado contaminado.

Cúbreme, tengo frío. Cúbreme, estoy en mitad del camino.
¿Me aplastarías en el hueco de la escalera?
¿Podríamos acostarnos?

Si los frenos no funcionan.
Si los pesticidas no desinfectan.
Si el séptimo piso expulsa un ladrillo

por la ventana y cae en mi cabeza.
Si un estremecimiento, la menopausia. Cáncer. ALS.
Estos son el ABC de mis miedos.

El médico dice
No tengo una pastilla para eso, querida.
Ojalá, sería una panacea, señoras,
¿gin-tonics en una noche de verano?
¡Te crees inmortal! Desconcertada.
Sucesión de días que no podemos atrapar.

Versión de Carlos Alcorta


SOLITAIRE

That summer there was no girl left in me.
It gradually became clear.
It suddenly became.

In the pool, I was more heavy than light.
Pockmarked and flabby in a floppy hat.
What will my body be

when parked all night in the earth?
Midsummer. Breathe in. Breathe out.
I am not on the oxygen tank.

Twice a week we have sex.
The lithe girls poolside I see themat their weddings
I see them with babies their hips

thickening I see them middle-aged.
I can’t see past the point where I am.
Like you, I’m just passing through.

I want to hold on awhile.
Don’t want to naught or 
forsake, don’t want

to be laid gently or racked raw.
If I retinol. If I marathon.
If I Vitamin C. If I crimson

my lips and streakish my hair.
If I wax. Exfoliate. Copulate
beside the fish-slicked sea.

Fill me I’m cold. Fill me I’m halfway gone.
Would you crush me in the stairwell?
Could we just lie down?

If the brakes don’t work.
If the pesticides won’t wash off.
If the seventh floor pushes a brick

out the window and it lands on my head.
If a tremor, menopause. Cancer. ALS.
These are the ABCs of my fear.

The doctor says
I don’t have a pill for that, dear.
Well, what would be a cure-all, ladies,

gin-and-tonics on a summer night?
See you in the immortalities! O blurred.

O tumble-rush of days we cannot catch.



Deborah Landau
(Colorado, Estados Unidos)
POETA/ENSAYISTA/CRÍTICA
de The Uses of the Body, Copper Canyon Press, 2015
su WEB

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...