Obra de Catrin Weiss Stein |
BENDITA SEA LA IRA
En los confines del templo,
se oye cortar bambú:
lluvia fina en la noche
Kuroyanagi Shôha
Bendita sea la ira
la pálida ira silenciosa
que tiembla igual que un arco demasiado tenso
o la ira colérica
que grita con voz resonante
y la oscura ira abismal
que retumba en la campana de alarma de la tormenta
Bendita sea la ira
que con su guadaña de luz
despierta al indiferente
y con su fuego
oscurece la sonrisa del tramposo-
la ira que desenmascara
al ostentosamente dadivoso
y al que acepta con avidez
Maldita sea la ira
que habla con la lengua del odio
sólo para extender más odio
Huye de esta ira engañosa
como si de una serpiente venenosa huyeras
Pero no huyas de la ira
que embriagada de furor
tropieza con sus palabras
préstale
la oreja redonda de la paciencia
Y tu propia ira contenida
que se retuerce como un sacacorchos
en tu corazón
o susurra como una abeja
encerrada en tu mano:
libérala
reparte contigo mismo
las frutas de tu ira
Bendita sea la ira
que con su discurso brillante
agudiza y se yergue
haciendo huir a la maldad
al igual que las sombras
huyen de la luz-
Bendita sea la ira que lucha
por más vida en la vida
más amor en el amor
más justicia en la justicia
Maria Wine
(Copenhague, Dinamarca, 1912-
Estocolmo, Suecia, 2003)
Desde su juventud vivió en Estocolmo, Suecia
y escribió toda su obra en sueco
en Antología, Plaza & Janés (Selecciones de Poesía Universal),
Barcelona, 1977
Versión de Justo Jorge Padrón
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4 comentarios:
Sí, cierta ira necesaria...Beso
Eso, la ira que es capaz de contagiar amor y desterrar el odio. Un abrazo.
Bendita sea la ira que arrastra el lápiz sobre el papel.
¿Quién es capaz de decir qué ira es bendita y cuál maldita? No yo más que tentando al diablo.
Un abrazo. Buen poema.
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