Fotografía de Eliseo Miciu Nicolaevici |
I. ELLA TENÍA UNOS CABALLOS
Ella tenía unos caballos.
Ella tenía caballos que eran cuerpos de arena.
Ella tenía caballos que eran mapas extraídos de sangre.
Ella tenía caballos que eran pieles de agua del océano.
Ella tenía caballos que eran el aire azul del cielo.
Ella tenía caballos que eran piel y dientes.
Ella tenía caballos que eran de arcilla y se rompían.
Ella tenía caballos que eran astillas de acantilados rojos.
Ella tenía unos caballos.
Ella tenía caballos con ojos de trenes.
Ella tenía caballos con gruesos muslos marrones.
Ella tenía caballos que se reían demasiado.
Ella tenía caballos que lanzaban piedras a las casas de cristal.
Ella tenía caballos que lamian cuchillas de afeitar.
Ella tenía unos caballos.
Ella tenía caballos que bailaban en los brazos de sus madres.
Ella tenía caballos que pensaban que eran el sol y su
cuerpos brillaban y ardía como estrellas.
Ella tenía caballos que bailaban el vals todas las noches en la luna.
Ella tenía caballos que eran demasiado tímidos, y quedaban quietos
en caballerizas de su propia hechura.
Ella tenía unos caballos.
Ella tenía caballos a los que les gustaban las canciones de Creek Stomp Dance.
Ella tenía caballos que lloraban en su cerveza.
Ella tenía caballos que escupían a las reinas masculinas que les hicieron
temerse a sí mismos.
Ella tenía caballos que decían que no tenían miedo.
Ella tenía caballos que mentían.
Ella tenía caballos que decían la verdad, que fueron despojados
de sus lenguas.
Ella tenía unos caballos.
Ella tenía caballos que se llamaban a sí mismos, "caballo".
Ella tenía caballos que se llamaban a sí mismos, "espíritu", y mantenían
sus voces secretas y solo para sí mismos.
Tenía caballos que no tenían nombres.
Tenía caballos que tenían libros de nombres.
Ella tenía unos caballos.
Tenía caballos que susurraban en la oscuridad, que tenían miedo de hablar.
Tenía caballos que gritaban por miedo al silencio, que
portaban cuchillos para protegerse de los fantasmas.
Tenía caballos que esperaban la destrucción.
Tenía caballos que esperaban la resurrección.
Tenía unos caballos.
Tenía caballos que se arrodillaban ante cualquier salvador.
Tenía caballos que pensaban que su alto precio los había salvado.
Tenía caballos que trataron de salvarla, que se subieron a su
cama por la noche y oraron mientras la violaban.
Ella tenía unos caballos.
Tenía unos caballos que amaba.
Tenía unos caballos que odiaba.
Eran los mismos caballos.
I. SHE HAD SOME HORSES
She had some horses.
She had horses who were bodies of sand.
She had horses who were maps drawn of blood.
She had horses who were skins of ocean water.
She had horses who were the blue air of sky.
She had horses who were fur and teeth.
She had horses who were clay and would break.
She had horses who were splintered red cliff.
She had some horses.
She had horses with eyes of trains.
She had horses with full, brown thighs.
She had horses who laughed too much.
She had horses who threw rocks at glass houses.
She had horses who licked razor blades.
She had some horses.
She had horses who danced in their mothers' arms.
She had horses who thought they were the sun and their
bodies shone and burned like stars.
She had horses who waltzed nightly on the moon.
She had horses who were much too shy, and kept quiet
in stalls of their own making.
She had some horses.
She had horses who liked Creek Stomp Dance songs.
She had horses who cried in their beer.
She had horses who spit at male queens who made
them afraid of themselves.
She had horses who said they weren't afraid.
She had horses who lied.
She had horses who told the truth, who were stripped
bare of their tongues.
She had some horses.
She had horses who called themselves, "horse."
She had horses who called themselves, "spirit," and kept
their voices secret and to themselves.
She had horses who had no names.
She had horses who had books of names.
She had some horses.
She had horses who whispered in the dark, who were afraid to speak.
She had horses who screamed out of fear of the silence, who
carried knives to protect themselves from ghosts.
She had horses who waited for destruction.
She had horses who waited for resurrection.
She had some horses.
She had horses who got down on their knees for any savior.
She had horses who thought their high price had saved them.
She had horses who tried to save her, who climbed in her
bed at night and prayed as they raped her.
She had some horses.
She had some horses she loved.
She had some horses she hated.
These were the same horses.
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II. DOS CABALLOS
Pensé que el sol irrumpiendo a través de las Montañas de Sangre
de Cristo era suficiente, y que
salvajes olores almizclados en mi cuerpo después de
largas noches de sueños podrían
desplegarme en mí misma.
Pensé que mi baile, sola a través de mundos,
planetas que nadie conocía, extraños y excéntricos,
me sostendría. Quiero decir
que aprendí a moverme
después de todo
y a reconocer voces que no eran las más familiares.
Pero debes haber surgido de
mil años de sueños
como nunca pude imaginarte.
Debes haber
surgido de otro cielo
al llegar hasta aquí, porque
ahora te veo como parte de millones de
universos que pensé jamás ocurrirían
en esta respiración.
Y te conozco como a mí misma, viajando.
Sólo en tus ojos hay colonias de estrellas
y algún otro movimiento planetario circular.
Y luego tus dedos, el dulce olor
del cabello, y
tu vientre suave y duro.
Mi corazón se ha hecho tuyo
y de estas mañanas, ya que soy un caballo corriendo hacia
un cielo agrietado donde hay incontables amaneceres
rompiendo al mismo tiempo.
Hay dos lunas en el horizonte
y por ti
he escapado.
II. TWO HORSES
I thought the sun breaking through Sangre de Cristo
Mountains was enough, and that
wild musky scents on my body after
long nights of dreaming could
unfold me to myself.
I thought my dance alone through worlds of
odd and eccentric planets that no one else knew
would sustain me. I mean
I did learn to move
after all
and how to recognize voices other than the most familiar.
But you must have grown out of
a thousand years dreaming
just like I could never imagine you.
You must have
broke open from another sky
to here, because
now I see you as a part of the millions of
other universes that I thought could never occur
in this breathing.
And I know you as myself, traveling.
In your eyes alone are many colonies of stars
and other circling planet motion.
And then your fingers, the sweet smell
of hair, and
your soft, tight belly.
My heart is taken by you
and these mornings since I am a horse running towards
a cracked sky where there are countless dawns
breaking simultaneously.
There are two moons on the horizon
and for you
I have broken loose.
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III. CABALLOS QUE SE AHOGAN
Ella dice que se va a
matar. Estoy a mil millas de distancia.
Escuchando.
Su voz en un océano de
ruido telefónico. Cielo gris
y casi atardecer. No le pregunto cómo.
Ya conozco sus armas:
un restaurante donde no querían servirle,
una risa más escueta, otro trago.
E incluso si no estuviera más cerca
del borde del acantilado del cable
del auricular, seguiría siendo otro espejo,
otro caballo que corre.
Su escape es el mío.
Le digo, sí. Sí. Cabalgamos
para respirar a lo largo de la distancia.
El aire nocturno se acerca, la galopante
otra-vida.
Ningún sonido.
Ningún sonido.
III. DROWNING HORSES
She says she is going to kill
herself. I am a thousand miles away.
Listening.
To her voice in an ocean
of telephone sound. Grey sky
and nearly sundown; I don't ask her how.
I am already familiar with the weapons:
a restaurant that wouldn't serve her,
the thinnest laughter, another drink.
And even if I weren't closer
to the cliff edge of the talking
wire, I would still be another mirror,
another running horse.
Her escape is my own.
I tell her, yes. Yes. We ride
out for breath over the distance.
Night air approaches, the galloping
other-life.
No sound.
No sound.
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IV. CABALLOS DE HIELO
Estos son los que escapan
después de que la última herida se vuelve hacia adentro;
son los más peligrosos.
Estos son los más ardientes,
pero son tan fríos que tu lengua se pega
a ellos y se desgarra porque se
congela en el movimiento de los cascos.
Estos son los que te cortan los muslos,
cuya sangre debes haber visto en los guantes
de las manos de goma del doctor. Son
los caballos que gemían como océanos, y
en uno de ellos gritaba una mujer joven;
ella era la única.
Estos son los que te han encontrado.
Estos son los que saltaron sobre tu barriga.
Persiguieron a los ciervos hasta sacarlos de tu vientre.
Estos son los caballos de hielo, los caballos
que entraron por tu cabeza,
y luego a tu corazón,
tu corazón golpeado.
Estos son los que te amaron.
Son los caballos que te han abrazado
tan fuerte que te has hecho
parte de ellos,
un caballo de hielo
galopando
hacia el fuego.
IV. ICE HORSES
These are the ones who escape
after the last hurt is turned inward;
they are the most dangerous ones.
These are the hottest ones,
but so cold that your tongue sticks
to them and is torn apart because it is
frozen to the motion of hooves.
These are the ones who cut your thighs,
whose blood you must have seen on the gloves
of the doctor's rubber hands. They are
the horses who moaned like oceans, and
one of them a young woman screamed aloud;
she was the only one.
These are the ones who have found you.
These are the ones who pranced on your belly.
They chased deer out of your womb.
These are the ice horses, horses
who entered through your head,
and then your heart,
your beaten heart.
These are the ones who loved you.
They are the horses who have held you
so close that you have become
a part of them,
an ice horse
galloping
into fire.
(Tulsa, Oklahoma, Nación Muskogee, EE.UU., 1951)
Reside en Albuquerque, Nuevo México
POETA/MÚSICA/NARRADORA
de She Had Some Horses, W. W. Norton & Company, Inc., 1983
en Native American and chicano/a literature of the American southwest.
Intersections of indigenous literature, New York. Routledge, 1984
Traducción de Beverly Pérez-Rego
para leer + en EMMA GUNST
su WEB
1 comentario:
Sumamente interesante .
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