Fotografía de Gregory Crewdson |
Todo llega por el aire.
La tierra no está preparada para visitas,
el puente apenas puede contener el miedo,
y las olas
sueñan con tocar las hojas del único árbol,
a la orilla del único mar,
con niños flotando en la superficie
y adultos huyendo hacia el deseo,
para seguir creyendo en el lenguaje.
Al final de todo,
fuera del círculo de la alegría,
con afluentes que protegen la incógnita,
el árbol
es testigo de la misma historia repetida,
con el mismo sabor a sal de hace milenios.
Collage de Madelaine Buttini (Madbutt) |
Al subir la marea
los escenarios de la imprudencia
quedan bañados por aguas no benditas.
La embarcación invisible vuelve a su nido,
las gaviotas picotean migas casi piedras,
los niños siguen los pasos de un cangrejo
hacia un lugar inocente.
Solo las olas traen una y otra vez
el eco de un grito indecible,
mientras los cimientos del puente
tiemblan,
ante el anuncio de la llegada
de jóvenes verbos sin contaminar.
Fotografía de Gregory Crewdson |
Agua en agua.
Todos llegan
a la misma
porción de instante,
y juntos
albergan
el sitio
que va a ser.
Fue un inicio,
eso era,
y la piel
no supo absorber
la humedad.
Fue
agua en agua,
y pasó,
vino,
y se fue,
como esa gota
que recorre
el muslo
antes de ser parte
de eso que nos rodea
y va a ser.
Cecilia Silveira
(Montevideo, Uruguay, 1964)
Reside en Córdoba, España
POETA/NARRADORA/GESTORA CULTURAL
de Ir, Ediciones En Huida, Colección Extravaganza,
Sevilla, España, 2018
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para leer una entrevista en LIBEROAMÉRICA
y poemas en LITERARIEDAD
su FACEBOOK
Uno más bonito que otro, y el agua con su presencia...
ResponderEliminarGracias!