Fotografía de Paula Camila Andino |
CUARTA OLA
Voy a decirlo
me gustan las chicas
dicho así parece otra cosa
pero es ni más ni menos lo que quiero decir
me gusta que se pinten los pelos de arco iris
y se rapen
y se claven un alfiler en la nariz
y que todo eso les quede tan lindo
me gustan sus zapatillas maltratadas
sus buzos de Totoro
sus mochilas con pines de Evita
y de Harry Potter
me admira que gusten del animé
que toquen el violín
que escuchen músicas que no entiendo
hay una edad para entender cada cosa
adoro sus uñas con brillitos
lo extenso de su vocabulario
la soltura con la que pisan esta tierra
que hasta se diría, les pertenece
me gusta que vayan a la marcha con flores rojas
que le discutan a la profesora de Historia
que sean presidentas del centro de estudiantes
que jueguen al fútbol
que elijan escuelas técnicas
que voten
las miro caminar de la mano de otras chicas
o de algún muchacho
o de nadie
con una libertad que mi juventud no tuvo
o no supo disfrutar
me gustan esas chicas
algunas son hijas de mis amigos
y todas son hijas de un tiempo
un tiempo que, como la juventud,
no duró para siempre
pero nos dejó la marca imborrable de la plenitud
una sonrisa en los labios
una melodía para recordar
y volver a cantar cuando llegue el día
me caen tan bien esas chicas
y eso quiere decir que aún no estoy tan vieja
no tanto como para decir la juventud está perdida y esas cosas
aunque sí lo suficiente para mirarlas desde esta distancia
desde esta ternura
y esta esperanza
esperanza, sí
porque son estas chicas
las mujeres de un futuro no muy lejano
y quizás sean ellas
quienes suturen las heridas de hoy
y fabriquen nuevamente alegrías
mundos
revoluciones.
extraído de: FLOR DE LUNA
B O N U S T R A C K
Fotografía de La Voz/F. Luque |
EL ALMA DE LOS GUERREROS
Hoy mi ciudad amaneció invadida de mariposas. Por todas partes hay mariposas blancas. En la plaza donde juegan tus hijos. En las oficinas y los bancos. En las comisarías, las cárceles y los ex centros clandestinos de detención. Hay mariposas en el panal y en la cueva del oso, en la plaza de la argolla, en el bidet gigante y en el monumento a Tosco.
Hoy una amiga está feliz porque va a presentar su nuevo libro y camino a la imprenta la asaltaron impunemente estos bichitos alados. Y ella, como es natural, les recitó un poema.
Hoy otra amiga terminó de rendir y su hijo pasó a sexto grado y se le volvió a romper el auto. Y en su trajín cotidiano de Córdoba a las sierras Chicas ida y vuelta; se detuvo a fumar un pucho y una mariposa se le posó en el cabello.
Hoy faltan compañeros y amigos y abrazos. Hoy alguien pensó en los regalos de navidad y en las vacaciones y en el fin del “cepo cambiario” y quizás alguien más pensó en el futuro, en cómo será, en si será. Hoy las abuelas siguen buscando a sus nietos y hoy mismo alguien pensó en la muerte. Hoy dos personas se enamoraron. Hoy alguien leyó las noticias y tuvo la sensación de algo ya vivido. Hoy un jefe pasó una lista de los empleados que hicieron paro. Hoy la palabra cambio da miedo, pese a ser tan hermosa palabra. Y todo eso sucede entre mariposas.
Y a mí me gusta pensar que esas miles de mariposas que andan de acá para allá por todos lados son, como cuenta la leyenda, el alma de los guerreros. Almas milenarias y aguerridas que vienen a decirnos: No teman. Tampoco se rindan. Ellos tienen la tierra, el agua, el oro y los perros. Pero nosotros tenemos el tiempo.
extraído de: POETAS PERONISTAS
Florencia Ordóñez
(Córdoba, Argentina, 1977)
Reside en Río Ceballos
ESCRITORA/POETA/TALLERISTA/ACTRIZ
EDITORA DE MALASAÑA EDICIONES
para leer una entrevista y
más poemas en: AGUA TRAE
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