Fotografía de Leanne Surfleet |
NÓMADA
Se sentó en el puerto y abrió para quienes lo escuchaban
su libro de viajes.
Había conocido las montañas heladas del norte y atravesado de noche
blancas y densas selvas, acosado por los osos. Había cruzado
ciudades luminosas donde las mujeres tenían el cabello rubio,
pero nadie hablaba su idioma; y se dejó arrastrar
por los vientos hasta las playas cálidas del sur donde adquirió
piel morena y ojos verdes. Después
se instaló provisionalmente en las ruinas de un viejo continente
donde fue monje, amante, hombre letrado, y enseñó a las niñas
de un claustro blanco los rudimentos de la lectura. Y, por fin,
partió hacia uno de los confines del mundo,
donde lo tomaron por el último marinero y lo persiguieron.
Había perdido a dios en su camino y volvió hacia atrás.
Por lo que recordaba, tenía una pequeña herida en la voz:
en ningún lugar había hallado aún el nombre de su casa.
Traducción de Verónica Aranda
NOMADA
Sentou-se no porto e abriu aos que o escutavam
o seu livro de viagens.
Conhecera as montanhas geladas do norte e atravessara de noite
brancas e densas florestas, acossado pelos ursos. Cruzara
cidades luminosas onde as mulheres tinham cabelos louros,
mas ninguém falava a sua língua; e deixara-se arrastar
pelos ventos até às praias quentes do sul onde ganhou
pele morena e olhos verdes. Depois
instalou-se provisoriamente nas ruínas de um continente velho
onde foi monge, amante, homem letrado, e ensinou às raparigas
de um claustro branco os rudimentos da leitura. E, por fim,
partiu para um dos derradeiros lugares do mundo,
onde o tomaram pelo último marinheiro e o perseguiram.
Perdera deus no seu caminho e voltara atrás.
Havia, enquanto recordava, uma pequena ferida na sua voz:
em nenhum lugar achara ainda o nome da sua casa.
en Poesia Reunida, 1ª edición, Quetzal Editores
Al final de este poema, partirás. Después de
la mordedura vana de mi silencio y de las piedras
que te he arrojado al corazón, la poesía es la última
coincidencia que nos une. Al escribir
este poema, la misma neblina que impide la
memoria límpida de los sueños y confunde los
navíos llevándolos a un mar desconocido
se adentra en mis ojos – porque es difícil
mirarte en este preciso instante sabiendo que
no estarías aquí si yo no escribiese. Y yo, que
sigo amándote en sordina, con esa inercia
sobria de las montañas, te ofrezco palabras, y no
besos, porque el poema es el único refugio donde
podemos repetir la luz de los antiguos encuentros.
Pero ahora me pides que pare, que me detenga aquí,
que escriba solo hasta el fin de esta página
(que, como las demás, será solamente tuya – ese
beso que ya no deseas de mis labios). Y yo,
que aprendí todo sobre las despedidas pues la nostalgia
nos hace adultos para siempre, sé que te perderé.
En todo caso al final del poema partirás;
y con tu partida se desvanecerá
la última coincidencia que nos une.
(Traducción ©Índigo–2014/nuria p. serrano)
SE TERMINAR ESTE POEMA, PARTIRÁS
Se terminar este poema, partirás. Depois da
mordedura vã do meu silêncio e das pedras
que te atirei ao coração, a poesia é a última
coincidência que nos une. Enquanto escrevo
este poema, a mesma neblina que impede a
memória límpida dos sonhos e confunde os
navios ao retalharem um mar desconhecido
está dentro dos meus olhos – porque é difícil
olhar para ti neste preciso instante sabendo que
não estarias aqui se eu não escrevesse. E eu, que
continuo a amar-te em surdina com essa inércia
sóbria das montanhas, ofereço-te palavras, e não
beijos, porque o poema é o único refúgio onde
podemos repetir o lume dos antigos encontros.
Mas agora pedes-me que pare, que fique por aqui,
que apenas escreva até ao fim mais esta página
(que, como as outras, será somente tua – esse
beijo que já não desejas dos meus lábios). E eu, que
aprendi tudo sobre as despedidas porque a saudade
nos faz adultos para sempre, sei que te perderei
em qualquer caso: se terminar o poema, partirás;
e, no entanto, se o interromper, desvanecer-se-á
a última coincidência que nos une.
en “O Canto do Vento nos Ciprestes”, Editora Gótica, 2001
Dejé de escucharte. Y sé que estoy
más triste por tu silencio.
Prefiero pensar que simplemente te quedaste dormido;
pero incliné tu muñeca a mi oído
nada más que para escuchar a mi dolor.
Dios te necesita, lo sé. Y
no veo cómo culparle
o perdonarle.
(Traducción de Dr. Edwards)
SLEEP, MY LOVE
Deixei de ouvir-te. E sei que sou
mais triste com o teu silêncio.
Preferia pensar que só adormeceste; mas
se encostar ao teu pulso o meu ouvido
não escutarei senão a minha dor.
Deus precisou de ti, bem sei. E
não vejo como censurá-lo
ou perdoar-lhe.
(Lisboa, Portugal, 1959)
POETA/EDITORA/FILÓLOGA
para leer + en ÍNDIGO HORIZONTE
su blog HORAS EXTRAORDINARIAS
en FACEBOOK
Gracias por traer hasta aquí mi traducción de un bellísimo poema de Maria do Rosário Pedreira y por compartir mi horizonte con otros lectores.
ResponderEliminarSaludos y añiles. Indigo Horizonte (nuria p.serrano)
Buen día Nuria! Ayer cuando encontré todas las traducciones que hiciste de su poesía fue un momento feliz :)
ResponderEliminarEs sumamente interesante su obra. Infinito agradecimiento a tu labor.
Me encanta esta autora.Gracias por compartir sus traducciones.
ResponderEliminarNuria P. Serrano, no es tan solo una brillante traductora, también escribe con un alto grado de sensibilidad y belleza, además, acompaña sus escritos con bellas imágenes tomadas por su lente que solo captura la magia de la vida y del alma humana.
ResponderEliminarUn abrazo para ti.
Así suele ser Taty! Yo soy de las que siempre "sospecha" -en el buen sentido- de las traductoras y me encuentro con esas sorpresas inesperadas. Poetas de la hostia. En este caso, el de Nuria P. Serrano, me ganaste de mano antes de que me surgiera la incógnita.
ResponderEliminarEs la primera vez que me cruzo con su nombre y llegué de la mano de la poesía de Maria do Rosário Pedreira.
Y te agradezco que me hayas abierto los ojos. Un abrazo