Fotografía de Old York |
EL CORAZÓN DE LÁZARO
Firme es esta voz que aúlla
con la ternura de los lobos.
Esto soy. Esto ofrezco.
No es poca cosa haber llegado a este poema.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de lázaro entre las manos.
Yo soy la última canción.
Yo soy el acople.
Soy el tercer cigarro encendido con la misma cerilla.
La música sin el bar.
Soy el final.
Soy el diagnóstico.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos.
Firme es esta mirada de ojos enfangados
que sin querer tocar el cielo
llegaron a lo más alto:
llorarse con luto estético
la tragedia propia y la ajena.
Arrastrar todos los escombros.
Soy la siesta infinita de la suerte.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos.
Yo soy el libro empezado.
El último poema.
El primer verso.
El estertor.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos.
Soy el vértigo.
El ruido de los venenos, soy.
Soy un mapa sin leyenda.
La vértebra de menos.
La hoja roja.
Soy Eva Vaz, la pirueta de un nombre.
Soy la que se morirá aprendiendo
cómo se muere una.
Soy la que se levanta temprano
con el corazón de Lázaro entre las manos
y lo alimenta,
y lo envenena,
y lo consume.
Y lo ama.
POETA/LICENCIADA EN FILOSOFÍA/GESTORA CULTURAL
de Metástasis, 2006
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Me ha encantado, y sobrecogido...Por un momento me he sentido identificada e iba a escribir que yo también me levanto "con el corazón de Lázaro entre las manos". Entonces he recordado que ayer, mientras caminaba por la playa hacia casa, arrastrando un cansancio viejo, soñé que yo era Salomé y que le había pedido a Herodes la cabeza del Bautista. Se me ocurrió que debía escribir algo en torno a esta idea, pero como dije, volvía arrastrando un cansancio viejo. Curioso ¿no?...Así que no me levanto con el corazón de Lázaro entre las manos, en ellas sólo hay sitio para la cabeza del Bautista.
ResponderEliminarBesos
me pareció leer dos poemas... bellos, el de Eva y el de Vera. Cariños
ResponderEliminarParece que esta mujer, o aquella, va con una bolsa de piedras arrastrando. Parece que el viento es muy fuerte y la frena. Parece que la arena es demasiada y le paraliza las piernas. Parece que el aire es muy espeso y la ahoga. Pero despierta temprano con el corazón de Lázaro en la mano, y con los minutos un hijo de puta va poniendo piedras en la bolsa que ella debe arrastrar. Eso me parece.
ResponderEliminartodo eso y mucho más porque aquello que no se puede decir, que no se puede explicar es lo que más nos define. Lo demás son representaciones pero no es lo que soy. Lo que soy me trasciende y trasciende lo pronunciable. Es lo impronunciable lo que mejor me explica. Es mi humilde opinión, claro.
ResponderEliminar"No es poca cosa haber llegado a este poema", me encanta esta frase...Sin embargo no me gusta eso de vivir como un resorte porque alguien te diga "levántate y anda"...
ResponderEliminarEva Vaz: una cacofonía prudentemente inconsciente.
ResponderEliminarMe encanta.
Es pájaro de día y es lobo de noche, o viceversa.
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