Obra Yo soy el profeta, de Annette Messager |
CIUDADANA
Es tan saludable ser "yo misma"
sin opresiones
ni represiones
ni subordinaciones.
Gracias al feminismo
es que hoy voto,
puedo participar en política,
organizarme,
divorciarme,
decidir por mí misma
si quiero o no tener hij@s,
autonomía sobre mi plata,
puedo manejar carro
y profesionalizarme...
Maravilloso manifiesto vital!
ResponderEliminarExcelente!
Sí, claro, muy bien y totalmente de acuerdo; pero ¿esto... qué tiene que ver con la poesía?
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