Asumir la ternura
como deber histórico
es igual que volver
de un largo viaje,
mirarlo todo,
probar el temple
de la carne y el alma,
identificar el olvido
con la muerte
y decidir quedarse
quedarse
quedarse
y transformar
el corazón vagabundo,
hacerlo sólido,
creador legítimo de estrellas
aunque se rompa en el intento.
ph AFP El Heraldo Honduras |
(Tegucigalpa, Honduras, 1959)
POETA/ESCRITORA/EDITORA
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Hermoso!
ResponderEliminarMaravilla.
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