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No sé porqué aún me enfurecen
cierto tipo de individuos;
será por la falsedad que intuyo
bajo la filosofía barata
de intelectual autodidacta,
de rebelde sin causa conocida,
porque me asquea ese rol
de atormentado permanente,
de adicto al remordimiento,
papel que, según parece,
valida automáticamente
las más descabelladas excusas
para justificar lo injustificable,
o porque me sacan de quicio
las listas de afrentas vitales,
las terribles circunstancias
a las que tienen que adaptarse,
estos especímenes concretos.
Conozco ese corazón,
sé de sus miedos,
y ninguno es tan insoportable,
tan diferente a los del resto;
pero les concedo el arte
de interpretar el cuento de la pena
con rigor, sin que se note el regodeo,
y su existencia resulte dura,
su mundo interior complicado.
Y todo eso solo porque en el fondo les fastidia
lo que cualquiera con dos dedos de frente sabe;
que en realidad, lo verdaderamente difícil
es empeñarse en ser feliz.
(de su blog GINGERLEMONTEA)
SERENDIPIA
Al escondite,
en idas y venidas de miedo acrobático,
de heridas selladas con silicona,
alguien enciende luces mientras yo las apago
a otra hora, en otro lugar,
y a veces pienso, y a veces espero,
y a veces me canso, y me pierdo
para que me encuentren de nuevo
una noche a la semana,
con el mismo vaso medio vacío,
con los labios confusos en mueca de beso,
con las palabras torpes del inicio continuo.
Al soltarme de una mano siempre creo
que debería haber besado más,
dicho aquello, mirado más lento,
pienso que siempre me dicen no pienses,
y yo pienso que porqué me lo dicen,
si a mí me gusta pensar que puedo
saltar camas sin culpa y de mutuo acuerdo
cuando por un rato no se me ocurre nadie mejor
para el hueco que guardo entre las costillas,
aunque sea con quien no debía,
aunque acabe preguntándome
quien dijo que esto es suficiente.
Qué pasa si a partir de ahora
sólo beso en la boca.
(de Catálogo de lágrimas, Editorial Poesía eres tú, 2009)
Marta Noviembre (Barcelona, España, 1976)
Reside en Madrid
su BLOG
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Elegante conjunto el de hoy.
ResponderEliminarA mí ya no me enfurecen, sencillamente me alejo...Interesantes poemas. Beso
ResponderEliminarSerendipia es un encanto. Buscando el instante perfecto.
ResponderEliminarDos bellos poemas. No sabría decirte cuál me ha gustado más. Pero sí te diré que llevas toda la razón al aseverar que lo verdaderamente difícil
ResponderEliminares empeñarse en ser feliz; al igual que en Serendipia, también es difícil encontrar el instante perfecto para llenar de amor el corazón y los labios.
Un abrazo
Sí, sí, Sergio..."elegante" es la palabra...
ResponderEliminarun abrazo
Vera, tenés razón, con el tiempo se aprende, aunque a mí me pasa que cada tanto me enfurezco :(
ResponderEliminarHay que besarse más Darío ;)
ResponderEliminarMaría José! Ojalá que Marta lea tu comentario!!!
ResponderEliminargracias por pasar, un abrazo
(chau, me voy con esas piernas)
ResponderEliminarOooh, leí vuestros comentarios tarde, pero más vale tarde que nunca. Muchas gracias a tod@s, y sobretodo a ti Miriam.
ResponderEliminarOooh, leí vuestros comentarios tarde, pero más vale tarde que nunca. Muchas gracias a tod@s, y sobretodo a ti Miriam.
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