16 de mayo de 2013

Lisa Jarnot, El puente


Fotografía de Alex Mazurov
EL PUENTE

Que hay cosas que jamás podrán volver a ser iguales
en mi cara, las casas o la arena, que nací bajo el signo
de la oveja, que al igual que Abraham Lincoln yo soy seria
pero también me falta valentía,

Que desde este jardín estuve componiendo un gran discurso,
que escribo sobre mí, que es bueno ser poeta, que parezco
el dibujo de una casa hecho a lápiz por un chico,
que, curiosamente, lo extraño, y mi cabeza no está sobre las Pléyades,
que amo el mar y su espuma contra el cielo,

Que estoy estornudando como un león en el jardín que conoce
los lirios de su Nilo, imágenes lejanas, desayuno, una bandada
de pájaros, gorriones desde el cielo,

Que no soy el marido de Casiopea, que no soy el pez
del sur, que no soy la última poeta de la civilización,
que si quiero salir a caminar y encontrarme de pronto
bajo un tramo de árboles, cansada, que esta vida es la vida que tenía,

Que, curiosamente, extraño el ruido de la lluvia
en el tejado y también todo Oakland, que extraño el ruido de
los gorriones que se arrojan desde el cielo, que hay chispas tras
mis ojos, en la radio, y el ruido de arenadoras a lo lejos,
y el desayuno, cada instante de él, geométrico, humo
desde la chimenea de los árboles donde era chica,

Que en enero, lo conocí en un bar, después nos fuimos
juntos, que había un limonero en el jardín de atrás
y una cafetería, donde salimos a besarnos a la calle,

Que nunca estuve ahí, curiosamente, y que nunca fue
igual, la isla entera, o las pinturas de los astros,
paternalmente, atados a gorriones que se arrojan desde el cielo,

Oh marco traqueteante en el que estoy, estoy donde aún hay
estos encargos en la noche, recordar la textura
de las hojas de las acacias blancas en agosto, a la
luz de la luna, redondeadas, a través de una ventana en las colinas,

Que si me quedo bajo la estrella polar en esta armonía
de grillos que van a cantar, el ruido de los pájaros sobre los mosquiteros,
los ojos bien abiertos de su forma de búho inmóvil en lo oscuro.
azules, verdes, con esquirlas del Pacífico,

Que no sé de qué sueños me trajeron,
enviada al mundo sin la bendición de un beso, tras los
sauces, junto a los pensamientos oscurecidos en la terraza
al lado de los barcos, que se mecen, escribí esto en la espalda del
cielo, con una remerita amarilla, cerca del reptiliario,
mamífera, tamaño no mayor que la manada,

Que yo escribí la historia de la guerra que se libró entre el
sur y los peloponesios, que me encanta correr por
shopping centers, que también aprendí a dibujar, habiendo caído
aquí, como la lluvia cae sobre las cosas, sobre el
suelo, al lado de los establos rotos, junto a las vías del ferrocarril,
a la orilla del mar, yo, Tucídides, habiendo escrito esto, habiéndome
criado cerca del mar.


THE BRIDGE

That there are things that can never be the same about
my face, the houses, or the sand, that I was born under the
sign of the sheep, that like Abraham Lincoln I am serious
but also lacking in courage,
That from this yard I have been composing a great speech,
that I write about myself, that it’s good to be a poet, that I look
like the drawing of a house that was pencilled by a child,
that curiously, I miss him and my mind is not upon the Pleaides,
that I love the ocean and its foam against the sky,
That I am sneezing like a lion in this garden that he knows
the lilies of his Nile, distant image, breakfast, a flock of birds
and sparrows from the sky,
That I am not the husband of Cassiopeia, that I am not
the southern fish, that I am not the last poet of civilization,
that if I want to go out for a walk and then to find myself
beneath a bank of trees, weary, that this is the life that I had,
That curiously I miss the sound of the rain pounding
on the roof and also all of Oakland, that I miss the sounds of
sparrows dropping from the sky, that there are sparks behind
my eyes, on the radio, and the distant sound of sand blasters,
and breakfast, and every second of it, geometric, smoke
from the chimney of the trees where I was small,
That in January, I met him in a bar, we went
home together, there was a lemon tree in the back yard,
and a coffee house where we stood outside and kissed,
That I have never been there, curiously, and that it never was
the same, the whole of the island, or the paintings of the stars,
fatherly, tied to sparrows as they drop down from the sky,
O rattling frame where I am, I am where there are still
these assignments in the night, to remember the texture
of the leaves on the locust trees in August, under the
moonlight, rounded, through a window in the hills,
That if I stay beneath the pole star in this harmony of
crickets that will sing, the bird sound on the screen,
the wide eyes of the owl form of him still in the dark,
blue, green, with shards of the Pacific,
That I do not know the dreams from which I have come,
sent into the world without the blessing of a kiss, behind the
willow trees, beside the darkened pansies on the deck beside
the ships, rocking, I have written this, across the back of the
sky, wearing a small and yellow shirt, near the reptile house,
mammalian, no bigger than the herd,
That I wrote the history of the war waged between the
Peloponnesians and the south, that I like to run through
shopping malls, that I’ve also learned to draw, having been
driven here, like the rain is driven into things, into the
ground, beside the broken barns, by the railroad tracks,
beside the sea, I, Thucydides, having written this, having
grown up near the ocean.




Lisa Jarnot 
(Buffalo, Nueva York, EE.UU., 1967)
de Ring of Fire, Salt Publishing, 2003
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
sus poemas en POETRY FOUNDATION
para leer MÁS
su WEB

9 comentarios:

  1. me autodiagnostico amante de este poema.

    ResponderEliminar
  2. es una b e l l e z a no David???
    Lo leí anoche en el blog del traductor, me encantó!

    ResponderEliminar
  3. vaya si lo es.
    muchísimas gracias Miriam.

    ResponderEliminar
  4. "Que nunca estuve ahí, curiosamente, y que nunca fue
    igual, la isla entera, o las pinturas de los astros"

    Y eso de haber sido criada cerca del mar...

    Me encanta!

    ResponderEliminar
  5. el ruido de los pájaros sobre los mosquiteros


    !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  6. Querida Miriam, después de tanta ausencia he vuelto a encontrarte y lo hago con enorme placer, este espacio sigue siendo un punto de referencia de la buena poesía.
    Un abrazo fuerte.
    Leo

    ResponderEliminar
  7. el solo hecho de que empiece así ya me conmovió: "...Que hay cosas que jamás podrán volver a ser iguales
    en mi cara, las casas o la arena..."

    el resto, fue un canto

    gracias Costa ;)

    ResponderEliminar
  8. Fabuloso, Miriam...El poema es una delicia tanto en inglés como en castellano.

    Te dejo un abrazo
    Ana

    ResponderEliminar

Poetas ocultos en la web 2.0...