Fotografía de Arno Rafael Minkkinen |
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Me han dicho que el amor huyó volado
me han dicho que mejor, me han dicho bueno
a veces una pizca de veneno
pero qué bueno ver: no me ha tocado.
Me han dicho adiós, de allá se ha regresado
me han dicho prisa. miedo, crisantemo
me han dicho que el dolor camina ajeno
y que llevas mi piel en tu costado
Pero nada es el fin, amor ni pena
la vida es voluntad que se encadena
profundo al corazón y sus motivos.
Como un pájaro es, sin daño, dueño,
invulnerable cofre desde un sueño
profundo y personal. ¡Estamos vivos!
PIDO EXCUSAS A USTED QUE ME CREÍA UN ÁNGEL
1.
Temo no acordarme
de mí cuando alguien llegue
Ya perdí la costumbre
Las visitas
Los nombres
La alegría
Puedo quebrar las comunicaciones
Que el hielo enfríe las palabras
Temo no poder frenar
Esta tristeza
Y que usted pase por delante
Sin casi conocerme
NOSOTROS LOS POETAS
Nosotros los poetas, los santos locos cuerdos que llaman por ahí
nosotros los guerrilleros de la flor, amadores y zánganos,
nosotros los oficiantes del sol, nosotros santos ángeles conversos,
nosotros los robados, los patibularios y trabajadores, necesitados y reyes
nosotros los robados, los que escribimos un papel que alguna mano cruel desaparece
nosotros los culpables de poesía, de sueños esclavos y esclavizantes
nosotros los conspiradores, señores de la buena palabra
nosotros los abusados, los violados en el mejor sueño que estaría por cumplirse,
nosotros los engañados y caídos en la trampa común
nosotros que jugamos un juego sin jugar
nosotros los constructores, no depredadores, los ensanchadores del cielo,
nosotros los de la cruz a cuestas porque nos acostamos pensando en el dolor del
mundo si es que en verdad deseamos ser o lo que otros dicen que somos,
nosotros los poetas hijos de extraña grey atrabiliaria,
nosotros los oscuros y claros, los negados, arrinconados y temidos,
nosotros los mortales inmortales, los silenciosos que a veces damos qué pensar,
nosotros los monitoreadores del sentir,
nosotros escaleras de un vuelo , los que giramos el botón del corazón para que todo pueda funcionar
nosotros los mansos e iracundos en dependencia de la dignidad
nosotros los que hemos ganado a la lotería de un concurso,
nosotros los perdedores, los que no sabemos si en verdad somos lo que debimos ser
allá y acá nosotros los ingenuos pavorosamente fieles
nosotros los señalados por la infamia, los perseguidos y difíciles porque manada nos negamos a ser
nosotros los soñadores, los generosos, los odiados, los muy queridos,
los que abrimos caminos y sembramos estrellas, nosotros los estrellados y relampagueantes, herederos de la de la ternura y la inmortalidad, los dadores de vida y de dulzura, nosotros los de palabra derecha e izquierdo corazón que ama con desmesura
nosotros los redimidos por el espíritu, nosotros los espirituales niños y niños tristes
nosotros los que cantamos al amor y a la tristeza, a la muerte y la vida, a la claridad, nosotros, pendencieros , buscapleitos,
nosotros los que en amor amamos, luchadores,
nosotros transparentes y calmados
somos más que un humano, somos dioses
que desde
Dios hablamos y nos damos
Moravia Ochoa López
(Panamá, Panamá, 1939)
POETA/NARRADORA
su BLOG
Una fortuna disfrutar de tan buenas letras, de tanta fuerza... Un saludo.
ResponderEliminarHola Ely! bienvenida!
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Y estos poemas de Moravia tienen eso...fuerza!
saludos
Sin duda, una gran poeta, Emma.
ResponderEliminarBesitos
Ana