Fotografía de George Pruteanu |
MÁS ALLÁ DEL PELIGRO
Una semana después de que murió
de pronto entendí
que su amor por mí estaba seguro:
ya nada lo podría alterar. A veces,
durante el último año, su rostro se iluminaba
cuando yo entraba a su habitación,
y una vez, medio dormido,
sonrió al pronunciar mi nombre.
Respetaba mi arrojo:
la vez que me ataron a la silla,
ataron a alguien que él respetaba, y cuando
dejaba de hablar durante semanas enteras,
yo era uno de los seres a quienes no le hablaba,
alguien con un lugar en su vida.
La última semana lo dijo sin querer:
entré a su cuarto y le pregunté
“Cómo estás,” y contestó, “Yo a ti también”.
Desde entonces, temí perder esas palabras.
Hasta el último momento podía equivocarme,
ofenderlo. Bastaría una de sus muecas de disgusto
para que volviera a joderme la vida.
Intenté no pensar demasiado,
ayudaba a cuidarlo, le limpiaba el rostro,
lo acompañaba.
Pero un rato después de que murió,
de pronto pensé, con asombro, ahora
siempre me amará, y me reí:
estaba muerto, ¡muerto!
BEYOND HARM
A week after my father died
suddenly I understood
his fondness for me was safe—nothing
could touch it. In those last months,
his face would sometimes brighten when I would
enter the room, and his wife said
that once, when he was half asleep,
he smiled when she said my name. He respected
my spunk—when they tied me to the chair, that time,
they were tying up someone he respected, and when
he did not speak, for weeks, I was one of the
beings to whom he was not speaking,
someone with a place in his life. The last
week he even said it, once,
by mistake. I walked into his room, and said “How
are you,” and he said, “I love you
too.” From then on, I had
that word to lose. Right up to the last
moment, I could make some mistake, offend him, and with
one of his old mouths of disgust he could re-
skew my life. I did not think of it,
I was helping to take care of him,
wiping his face and watching him.
But then, a while after he died,
I suddenly thought, with amazement, he will always
love me now, and I laughed—he was dead, dead!
(San Francisco, EE.UU., 1942)
de El padre, Bartleby Editores, Madrid, 2004,
Edición bilingüe
Traducción de Mori Ponsowy
para leer MÁS
Tan terrible como cierto. Eres fascinante cuando traes estas cosas. O sea, siempre.
ResponderEliminarY bueno Juan Antonio...viste lo que es Sharon Olds, no? es terrible su escritura, la descripción en su poesía...
ResponderEliminarMe llegaron los libros de ella, dos de sus libros, "El padre" y "Los muertos y los vivos". Una amiga me los envió. La estoy disfrutando y sufriendo a la vez...
Un abrazo
Sharon y sus fucking verdades: la muerte como consuelo.
ResponderEliminarMaravillosa.
Me gusta la poesía narrativa mil veces más que la otra, que no sé como se llama y tampoco me importa.
Un abrazo,
Muerto el rey viva el rey, a otra cosa mariposa. Olds es monumental...nieri.
ResponderEliminarexcelente,gracias,una vez más
ResponderEliminarCómo se llama la otra? Tampoco lo sé!
ResponderEliminarCuando falleció mi padre, el proceso fue bastante similar. Eso pasa cuando la muerte es producto de una larga enfermedad. No puedo más que sentir empatía con este libro de Sharon. En su momento nada sabía de la existencia de esta poeta. Encontrarla después fue un shock, un abrazo Maia.
Joven, tal cual...así es, aunque cueste aceptarlo. Beso
ResponderEliminarAlejandro, un enorme gusto saberte por acá. ABRAZO
ResponderEliminarpor dios
ResponderEliminares que lees un poema de esta mujer y te jodés porque te agarra ese desequilibrio de querer morirte y a la vez vivir rabiosamente todo mientras seguis leyéndola
Reconozco no haber leído nada de Olds hasta este momento. Claro que había escuchado hablar, pero jamás me acerqué, vaya uno a saber por qué.
ResponderEliminarMe gustó más en inglés. ¡Qué gran problema ese de las traducciones! La fórmula "traduttore traditore" es exacta.
Un beso.
HD
Es cierto que la traducción rompe un poco la lírica en cambio el significado ...me recuerda al único relato que escribí este año, en enero, inspirado por un poema de Olds que leí en tu espacio...
ResponderEliminarsaludos emma
No sé leer en inglés y lo lamento muuuucho :(
ResponderEliminarSin embargo me gustó la traducción automática que me dió google del título "Más allá del daño"...me gustó más
es mortal!
ResponderEliminarY ella también le querrá siempre, ahora que su imagen se ha quedado estática, incluso comenzará a poblarse de delicadas nieblas, que lloverán nostalgias...Conservará para si la mejor versión de él mismo...La lucidez es a veces descarnada...Bicos
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