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El tren nos deja en el gran canal de una ciudad helada y majestuosa. Ah, los pájaros volverán a atravesar este invierno y el precio de las noches pálidas, sin luna. Oigo cómo silbás una canción que yo compuse, y no sufro. Sufrir me distraería de este sitio donde ni vos ni yo tenemos nombre. Te dejo, semidormida, en un hotel que es un barco y me alejo pensando en nuestra casa futura, esa isla que todavía no existe, esa promesa nueva de despojos. No siempre es fácil entender por qué huímos. El país nos abandonó hace tiempo con algunas penas y un miedo de no ser nada sin ellas. La ciudad donde dormís ahora se mece como queja, golpea contra el muro desolado de los muelles. Yo comienzo a desvestirme en una jaula que florece. Te amo. Es Estocolmo la que viaja, no nosotras.
(Rosario, Santa Fe, Argentina, 1951)
POETA/TRADUCTORA/ENSAYISTA
POETA/TRADUCTORA/ENSAYISTA
de El viaje de la noche, Barcelona, Lumen, 1994, p. 12
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qué preciosidad!
ResponderEliminarQué bello! Ayer justamente pensaba en eso, en la necesidad de agarrarse a las penas, y al dolor, en nuestro temor de "no ser nada sin ellas". El temor a la propia libertad, a una planicie vacía extendiéndose enfrente de nosotros. Hemos perdido nuestra animalidad, y depositamos nuestra vida a trocitos en compartimentos de tiempo. Nos sentimos naúfragos, perdidos en los espacios abiertos. Por eso caemos una y otra vez en nuestras penas, porque la pena es como una caja cerrada, y de un modo extraño es un paraje seguro. Y cada día somos un poco más, habitantes del subsuelo..
ResponderEliminarHoy me siento un poco tonta, y no he podido evitar pensar que algún día me gustaría que alguien me escribiera cosas como esas. Besos, infinitos
Adoro a María Negroni, gracias!
ResponderEliminarLa promesa de despojos, del despojarse de una misma, de aquello que somos y no podemos cambiar. De eso huyo cuando huyo.
ResponderEliminarBello texto.
Sabía que les iba a gustar! He leído muy pero mu poco a María Negroni salvo ahora, en estas horas la he diseccionado...pero sé que ha mucho más!
ResponderEliminarSaludos Vera, Maia, Marcelo y La Chica de las Biscotelas!
:)
"No siempre es fácil entender por qué huimos..."
ResponderEliminarY yo sigo descubriendo. Gracias Emma.
...como verán...este teclado me come las "y" ... es lo que ha(y)
ResponderEliminarHice un maravilloso curso de literatura con María. Si la veo le comentaré de tu blog. Ella vive en Nueva York pero suele venir a dar cursos.
ResponderEliminarQué placer el relato
ResponderEliminarSaludos
Me encanta María, me gusta su escritura, besos Emma
ResponderEliminarBello. . . gracias!
ResponderEliminarBello este doloroso exilio del alma. Eso nos unifica. Gracias!
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