El verso final es hermoso. Me hace pensar que a veces un verso es un poema. Pienso muchas veces en la ausencia, porque me parece una cosa bien extraña. Porque existen ausencias más palpables y rotundas que cualquier presencia(al menos en ciertos momentos....) Besos
Había una canción de The Cure, yo soy (era) un chico muy ochentoso, que decía: "Decime quién no ama lo que nunca regresa?". Yo creo que el final resume cual es la pirueta dolorosa que nos provoca la ausencia. Ese estar sin estar. El mar enredado en el pelo, una sutileza.
La ausencia puede devenir más dolorosa y real que la presencia por el ideal en el que se transforma, la ausencia se idealiza mientras que la presencia se experimenta... y entre medio quedamos nosotros, siempre entre lo real y lo imaginario. Coincido con Vera y Joven, el final es precioso. un beso
"El ruido del mar enredado en el pelo". Eso sentía yo cuando me ponía la caracola enooorme (mi cabeza era pequeña) de mi abuela paterna al oído y me quedaba el viento bailando alrededor, el olor a sal en la boca. Ese murmullo era para mí la gloria, un suspiro de esperanza, de horizonte, de posibilidades. Ahora mi abuela no están, y esa ausencia está siempre presente y me acompaña. Nadie me quiso jamás como me quiso ella, sin palabras; porque su español era precario y yo jamás supe hablar en polaco.
El verso final es hermoso. Me hace pensar que a veces un verso es un poema. Pienso muchas veces en la ausencia, porque me parece una cosa bien extraña. Porque existen ausencias más palpables y rotundas que cualquier presencia(al menos en ciertos momentos....)
ResponderEliminarBesos
Había una canción de The Cure, yo soy (era) un chico muy ochentoso, que decía: "Decime quién no ama lo que nunca regresa?".
ResponderEliminarYo creo que el final resume cual es la pirueta dolorosa que nos provoca la ausencia. Ese estar sin estar. El mar enredado en el pelo, una sutileza.
La ausencia puede devenir más dolorosa y real que la presencia por el ideal en el que se transforma, la ausencia se idealiza mientras que la presencia se experimenta... y entre medio quedamos nosotros, siempre entre lo real y lo imaginario.
ResponderEliminarCoincido con Vera y Joven, el final es precioso.
un beso
"El ruido del mar enredado en el pelo". Eso sentía yo cuando me ponía la caracola enooorme (mi cabeza era pequeña) de mi abuela paterna al oído y me quedaba el viento bailando alrededor, el olor a sal en la boca. Ese murmullo era para mí la gloria, un suspiro de esperanza, de horizonte, de posibilidades. Ahora mi abuela no están, y esa ausencia está siempre presente y me acompaña. Nadie me quiso jamás como me quiso ella, sin palabras; porque su español era precario y yo jamás supe hablar en polaco.
ResponderEliminarHay ausencias que siempre están presentes.
ResponderEliminarBesos.
"No es la realidad sino la ausencia"
ResponderEliminarHay hay hay....
me encantan estos poemas breves pero intensos
ResponderEliminaren el fondo tenemos madera de martires, nos gusta sufrir y amar lo imposible
... en el pelo, en la sombra, en la mirada... en toda parte donde se enredan los recuerdos y las querencias. Muy bonito. Me reconozco en esos versos.
ResponderEliminar¿Por cuánto tiempo se arrastra el dolor de una ausencia? nunca se sabe. Bello.
ResponderEliminarAbrazo.
Corta y certera disección de la desolación intangible.
ResponderEliminarSaludos...
....lo más difícil nunca es la última cena con alguien, sino la primera después de él...............
ResponderEliminarUn abrazo de vapor!
cuando la ausencia duele tanto, que quita la respiración...
ResponderEliminarel final... es tan bello que es imposible de definir.
besos