Obra de Michelle Kingdom |
APRENDIZAJE
Y me enseñó el jardín:
no siempre basta
darse,
a veces
es suficiente contemplar
el suave transcurrir de las estaciones,
ser quien espera
bajo los sauces lentos de la tarde
que la tierra florezca.
Y me enseñé:
no siempre puede una mujer
ser la nutricia,
no siempre puede
ser la horqueta bajo el temblor del limonero,
la mano que sostiene los azahares
y la sombra.
A veces solo queda
rozarse
con el amor que se ofrenda
a los hijos y a las rosas,
quitarse los pastos del corazón,
brindarse
esa ternura única que nunca será todo,
pero es suficiente,
sí,
es suficiente.
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SERÁ QUE YO NO SÉ
Y yo te amaba
y no,
yo te quería
como se quieren
a veces los silencios
y otras veces
el grito brutal que no se calla.
Será que yo no sé de amor,
me lo dijiste
tan seguido que llegué a creerte.
Tengo
en las manos un temblor
que he llegado a entender,
entre las cosas que entendí de adulta:
el porqué de algunas cosas se me escapa
pero comprendo mejor
al tiempo y a la muerte,
y a la vejez entrándome en los huesos.
Pero al amor,
yo no lo entiendo.
Ni siquiera.
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LOS JUEGOS
Para dejar en claro algunas cosas
es necesario repetir,
con insistencia,
que la vida me quema entre las manos,
que no tengo más tiempo
ni paciencia
para girar en vano
hacia los lados
como la linda muñequita que quisieras.
Yo ya jugué.
Yo juego
más por hábito adquirido que vehemencia.
Yo ya aprendí
a poner en orden las figuras,
sé
donde cae la flecha,
donde rompe
el ritmo el agua,
sé
que después del deseo
derramado en el pecho de un hombre
le corresponde el turno a la soledad.
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A CIERTA EDAD
A cierta edad,
se pierden la memoria
y los prejuicios.
Se sabe que es preciso,
por no decir urgente,
nombrar a las cosas por su nombre:
el pan es pan, el vino es vino
y lo que fue desdén
puede llamarse, sin pudor,
resentimiento.
Es imperioso darle
un
nuevo orden a las cosas,
señalarlas
con palabras de fuego
antes
de que las alcance el olvido.
Aquí la soledad,
aquí la calma,
aquí el deseo.
Sería el momento
ideal para el amor,
si aún tuviéramos ganas,
si aún tuviéramos tiempo.
(General Belgrano, Bs. As., Argentina, 1971)
Reside en City Bell, La Plata
POETA/TALLERISTA
de Madura, Poesía Sudversiva, Editorial Sudestada, 2021
Contratapa de Cinwololo
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Son todos hermosos!
ResponderEliminarGracias!
Siempre es un placer leer a esta autora.
ResponderEliminarMaravillosos...me gustan mucho
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