10 de noviembre de 2021

Louise Erdrich, Remedio para el amor (+2)


Fotografía de Gregory Crewdson
REMEDIO PARA EL AMOR
                                  
Para Lise

Aún sigue lloviznando
en Wahpeton. Las pickups
chisporrotean bajo la luz de neón
de las antimoscas de la heladería.

Theresa sale con una remerita verde y cadenas
que brillan en su garganta.
Esta libélula, mi hermana,
encaja mejor que yo
en esta noche de aguas crecientes.

El Río Rojo se agranda para tragarse el puente.
Ella se ríe y deja a su macho en el Dodge.
Él desatraca para buscarla
dejando un surco largo en la neblina.

Y más tarde, en la cresta de la inundación,
cuando los pilotes se arrancan de sus anclajes
y se tiran a la corriente,
ella tropieza contra los puñetazos de un hombre.
Se hunde en el pasto mojado
y una bota le planta su mueca
entre las arcadas de la cara.

Ahora va a tientas hacia su casa en la oscuridad.
El blanco violeta de los faroles de la calle
hierve de insectos,
y los árboles se inclinan doloridos y vacíos.
El río pega contra la estructura del dique, insistente.

La encuentro hecha un ovillo en las raíces de un álamo plateado.
La encuentro tendida en la plaza, donde toda la noche
los animales dan vueltas en sus jaulas.
La encuentro en una cuneta quemada, en un campo
que se atraganta con la lluvia,
ráfagas de lluvia barren de arriba abajo
hasta ese río aferrado al puente.

Vemos que ahora la masa de la luna se ha levantado y el agua,
tan profunda como puede fluir,
deja de crecer. Esperamos que la noche nos lleve adonde
cesa la lluvia. Hermana, no hay nada
que no me animaría a hacer.

RiL Editores, 2010
Traducción de Lisa Rose Bradford

LOVE MEDICINE

For Lise

     Still it is raining lightly
     in Wahpeton. The pickup trucks
     sizzle beneath the blue neon
     bug traps of the dairy bar.

     Theresa goes out in green halter and chains
     that glitter at her throat.

     This dragonfly, my sister,
     she belongs more than I
     to this night of rising water.

     The Red River swell to take the bridge.
     She laughs and leaves her man in his Dodge.
     He shoves off to search her out.
     He wears a long rut in the fog.

     And later, at the crest of the flood,
     when the pilings are jarred from their sockets
     and pitch into the current,
     she steps against the fistwork of a man.
     She goes down in wet grass
     and his boot plants its grin
     among the arches of her face.

     Now she feels her way home in the dark.
     The white-violet bulbs of the streetlamps
     are seething with insects,
     and the trees lean down aching and empty.
     The river slaps at the dike works, insistent.

     I find her curled up in the roots of a cottonwood.
     I find her stretched out in the park, where all night
     the animals are turning in their cages.
     I find her in a burnt-over ditch, in a field
     that is gagging on rain,
     sheets of rain sweep up down
     to the river held tight against the bridge.

     We see now that the moon is leavened and the water,
     as deep as it will go,
     stops rising. Where we wait for the night to take us
     the rain ceases.  Sister, there is nothing
     I would not do.


de Jacklight, New York: Henry Holt and Company, 1984, 1990



B O N U S  T R A C K 

What happens when you let an unsatisfactory 
present go on long enough? 
It becomes your entire history.”



LOUISE DIXIT
"La vida te romperá. Nadie puede protegerte de eso, ni el estar solo, porque la soledad también te destruirá con su deseo. Tienes que amarla. Tienes que sentir. Es la razón por la que estás aquí en la tierra. Tienes que arriesgar tu corazón. Estás aquí para ser tragado. Y cuando sucede que estás roto, o traicionado, o abandonado, o herido, o que la muerte se acerca demasiado, siéntate junto a un manzano y escucha las manzanas que caen a tu alrededor en montones, desperdiciando su dulzura. Dite a tí mismo que probaste todo lo que pudiste."

Life will break you. Nobody can protect you from that, and living alone won't either, for solitude will also break you with its yearning. You have to love. You have to feel. It is the reason you are here on earth. You are here to risk your heart. You are here to be swallowed up. And when it happens that you are broken, or betrayed, or left, or hurt, or death brushes near, let yourself sit by an apple tree and listen to the apples falling all around you in heaps, wasting their sweetness. Tell yourself you tasted as many as you could.



Louise Erdrich 
(Little Falls, Minnesota, EE.UU., 1954) 
Reside en en Minneapolis, Minnesota
Miembro registrada de la nación Anishinaabe 
(también conocida como Ojibwa y Chippewa) 
NOVELISTA/POETA/ESCRITORA PARA NIÑOS/LIBRERA
para escucharla recitar en poema en LIBRARY OF CONGRESS
web de su librería BIRCHBARK BOOKS

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