15 de abril de 2020

Paula Giglio, 6 poemas 6


Fotografía de Ida Borg

A poca distancia,
un líquido hirviendo
que podría destruirme
una parte del cuerpo.
Lo mismo con el cuchillo.
Si no hay violencia, se debe
a un orden. La mano
no suelta, la olla contiene,
y mi mente acompaña
esta disposición de las cosas.
Pero qué endeble resulta
un instante de cordura. 



Fotografía de Ida Borg


No sobra, no falta, no pasa
nada. Practico el quietismo.
Vivo una revolución que nadie escucha.
Y es así: a la mente, lo de la mente;
lo demás, al corazón.



Fotografía de Ida Borg

Me acuerdo de que nos sentamos
en aquella mesa, contra la pared.
No eras vos.
Era tu vida lo que me gustaba. 




Fotografía de Ida Borg


Buenos Aires está llena
de gente rota.
Ya nadie grita cuando se asusta;
todos putean.
Todos rotos.
De mi ciudad, sólo me queda
sólo me quedo yo.




Fotografía de Ida Borg


Doblé la esquina de mí misma, para comprender.
 E. Blázquez

Llega un punto
en donde lo que hacemos
se convierte en nuestra vida.
¿De dónde sale esta fascinación?
Que el humo no ocupe
espacio en la boca;
sólo tiempo para descifrar
por qué
por qué
por qué.



Fotografía de Ida Borg

Dos estrellas en el cielo
pero la luz que importa
viene de los balcones.




Ph Marcelo Di Rienzo
Paula Giglio 
(Córdoba, Argentina, 1988)
Reside en Buenos Aires
POETA/LICENCIADA EN FILOSOFÍA
de Un lugar para mis piernas largas, Caleta Olivia Ediciones, 2018
para leer una reseña en LA VOZ DEL INTERIOR
y en LA PRIMERA PIEDRA
para leer MÁS y MÁS

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