23 de julio de 2016

Alcira Fidalgo, 4 poemas 4


Fotografía de Muhammed Faread



III

Hay ruido de motores
de gritos apagados.
Hay gente sometida
a la indefensa ternura del rebaño.
La sangre está quemando sus fronteras
porque hay un cerro que me llama.
Hay una casa abierta a los amigos
y un corazón en calma.
Hay tres rostros que miran desde lejos
y contemplan asombrados mi nostalgia.



Fotografía de Muhammed Faread




IV

Yo me quedé una tarde
salpicando
tu nombre con estrellas inventadas.





Fotografía de Muhammed Faread



XII

Salí una madrugada
enfrentando las calles de la ciudad gastada
Se descolgó el paisaje
en angustia de árboles.




Fotografía de Muhammed Faread



XX

Único desafío:
seguir viviendo
aunque dure la ausencia.






Alcira Graciela Fidalgo Pizarro
(Jujuy, 1949 - Buenos Aires, Argentina, 1977)
de Oficio de aurora, Libros de Tierra Firme,
Buenos Aires, 2002
Compilador Reynaldo Castro

6 comentarios:

  1. Me demolió esta poeta desconocida por mi ignorancia.

    Más que descanse en paz, que ya haya vuelto, ojalá, y que vuelva a darnos la poesía que se percibe inagotable tenía para dar.

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  2. No te sientas mal Carlos! A mí me pasó lo mismo! somos dos y debemos ser un montón de personas lectoras que no sabíamos de ella.
    Me enteré esta mañana por otra poeta (Flor Codagnone), cuando empecé mi búsqueda en la web inmediatamente percibí que me gustaba todo lo que leía de ella. Hice varios enlaces debajo de su nombre, espero que los veas.
    Un abrazo

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  3. Yo tampoco la conocía y me ha parecido muy buena.

    Es lírica, es profunda, domina el lenguaje y sus versos son como un latigazo de belleza, directo a la conciencia.

    Me ha encantado esta autora.
    Gracias por compartirla, Miriam.

    Besos
    Ana

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  4. Otra víctima de la Dictadura Militar. Tal vez desaparecida en las aguas del Río de La Plata.

    Sus versos, premonitorios?:

    "Hay ruido de motores
    De gritos apagados"... Una flor y un pensamiento para ella.

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  5. Gracias Ana, gracias María Socorro, que buen acompañamiento que siento. Las abrazo

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  6. Nuevamente, gracias, Miriam, por recuperar voces. Ni olvido, ni perdón.

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