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s/d del autor de la fotografía |
Y la vida era esto:
salir a la vereda el treinta y uno
a las doce, ver cómo un vecino
enciende una bengala.
El brazo en alto, inmerso en la luz ígnea.
Un silencio rosado y expectante,
un fuego inmóvil el mundo.
¿Celebra? ¿Pide ayuda? Nada pasa.
Nada llega. Todo al final se apaga.
Pero aquel brazo en alto, aquella duda.
Aquella intensidad.
Beatriz Vignoli
(Rosario, Santa Fe, Argentina, 1965)
POETA/PERIODISTA/TRADUCTORA/CRÍTICA DE ARTE
de Bengala, Bajo la luna editorial, 2009
una nota sobre el LIBRO
para leer MÁS
No había demasiado para festejar, excepto Racing y los oscuros poemas que quedaron...
ResponderEliminar"...Nada pasa.
ResponderEliminarNada llega. Todo al final se apaga.
Pero aquel brazo en alto, aquella duda.
Aquella intensidad."
Aun hoy, cada fin de año siento "ese silencio rosado y expectante" ante lo que caba, ante lo que viene.
Muy bello (el poema, Emma.
Después de tantos meses es bonito volver y darte cuenta de que este blog sigue teniendo la misma magia :)
ResponderEliminarDónde estabas Thais!!!!??? Cómo estás???
ResponderEliminarCuando un poema apela a unos sentidos tan vivamente sensoriales sólo queda leerlo y releerlo para empaparse de vida.
ResponderEliminardiciembre del 2001
ResponderEliminardesvastados
Emma querida! gracias por la poesía
un super abrazo
lobamarino conversa
Yo diría que la vida es eso:
ResponderEliminarAquella intensidad, aquella duda.
Todo al final se apaga.
Nada llega.
Hay sin embargo una oscura, una velada necesidad de que todo permanezca.
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