3 de septiembre de 2012

Alicia Torres, Sacerdotisa

Fotografía de Egor Shapovalov
SACERDOTISA

A veces juego con la idea de matarte
(después de todo, querido,
nadie es inocente)
y entonces pienso en sacerdotes antiguos
ataviados de oro y lino blanco,
incienso rumbo a los cielos,
la precisión de la obsidiana afilada
en noches de luna menguante,
un pecho descubierto,
la tensión rápida y certera
de una mano educada para el puñal,
el placer de los dioses,
la satisfacción del deber cumplido.
Y hay orden de nuevo en el mundo,
la lluvia se derrama por los campos,
el viento hincha las velas aqueas
y la tierra es fértil otra vez,
pero entonces tú te acercas, querido,
con los brazos abiertos
y yo sonrío culpable
besándote la garganta
las muñecas, la sien.
La vida, allí donde late vulnerable.





Alicia Torres 
(Caracas, Venezuela, 1960)
de Fatal, Fundarte, Caracas, 1989
en Las palabras necesarias, 
Muestra antológica de poesía venezolana del siglo XX,
Selección y prólogo Arturo Gutiérrez Plaza, Lom, Santiago, 2010
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