Ilustración de Belén Segarra |
RAPTURE
Después
el oxígeno se agota,
un segundo antes alcanzamos
a acercar ceniceros, vasos,
el teléfono.
Cuando todo lo que podría
llegar a ser necesario y a estar lejos
rodea la cama
ya no hay qué hacer ni qué decir.
Literales, charlamos de esto y de lo otro
y cada uno vigila una salida
por donde la dicha pudo haber huido.
Si lloviera dentro de esta habitación
el agua no haría más que lavar
unas piedras tibias.
s/d del autor de la fotografía |
PERSPECTIVA DESDE UNA BAÑERA
Después habrá una discusión.
Por ahora todo es cerrar los ojos,
mantenerlos cerrados a la altura del agua,
respirar, volver a sumergirse.
El límite entre el agua y el aire
coincide con la línea de pensamiento
que lo que hace es fundir y refundir
en cualquier orden
un par de escenas o secuencias, fotografías
tomadas con una cámara automática,
siempre más o menos el mismo material,
- es lo que se ha podido reunir -
animales salvajes avanzando
hasta quedar en primer plano,
alguien que le enseña a una chica
a usar una pistola en el desierto,
o igual una persona en una bañera
- y aquí vendrá la discusión:
quién es la persona,
quién soporta
la línea de pensamiento, o quién
apretó el gatillo,
tomó la foto, quién señaló la posición
donde habría que ubicarse
para obtener una buena vista aérea
B O N U S T R A C K
EPIGRAMA
Dijiste algo y entendí mal.
Los dos reímos:
yo de lo que entendí,
vos de que yo festejara
semejante cosa que habías dicho.
Como en la infancia,
fuimos felices por error.
Laura Wittner
(Buenos Aires, Argentina, 1967)de Las últimas mudanzas, Editorial Vox, 2001
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Me encanta Laura Wittner.
ResponderEliminarUn beso, Emma
Me gusta...es un lenguaje que hurga...
ResponderEliminares que Laura desgrana la cotideaneidad hasta que el polvo duela...
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