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Fotografía de Petr Lovigin |
EPÍLOGO
Finalmente así es el amor:
una herida incurable
que cada vez aguanta menos que la rocen;
pero también un espejismo
del que la mirada sólo se desprende al final de todo
antes de que volvamos el rostro
hacia la pared vacía.
Quizá nos llegue, añade la irónica esperanza,
una palabra en una carta el día después de nuestra muerte.
I vantan pa pendeltaget, 1990
Karl Vennberg
(Blädinge, Suecia, 1910-1995)
de Poesía Nórdica, Ediciones de la Torre, 1999
Traducción de Francisco J. Úriz
extraído de OTEADORES EN FUGA
Qué bueno encontrar blogs como este. Excelente
ResponderEliminarBueh...
ResponderEliminarY si lo dejamos en las tres primeras líneas, nomás?
Baci, hermoooooosaaa
En eso pensaba hoy...
ResponderEliminarquizá me llegue (?)
já.
Besos Emma querida!
This is a good blog message, I will keep the post in my mind. If you can add more video and pictures can be much better. Because they help much clear understanding. :) thanks Cavalieri.
ResponderEliminarCasi diría que un espejismo necesario, pues su contemplación nos ayuda a mantener la esperanza. Y a veces la esperanza es necesaria para continuar en movimiento, aunque este nos lleve al desencanto o a la herida....Beso
ResponderEliminaruna herida
ResponderEliminarun espejismo
una palabra
a des\tiempo
un abrazo
preciso
una herida incurable
ResponderEliminarY no esperemos nada más y nada menos que eso
NO ESTOY
ResponderEliminarNO SOY
NO FUI
NO SERÉ
Muchos no son si.
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