Fotografía de Emily Bem |
FUEGO
Empecé a fumar para pedirte fuego.
Para encontrar un motivo. Para.
¿Tienes fuego? Te pregunté.
Sí. Dijiste. Llevaste la mano al bolsillo.
Sujetaste el mechero. Todo plateado.
Te acercaste e hiciste una concha con la mano derecha.
Eras zurdo, como el corazón.
Ahora. Dijiste.
Y acerqué el cigarro a la llama.
Ya está. Y sonreíste.
¿Te importa que te acompañe? Preguntaste.
No, claro que no. Claro que no.
Hace frío. Dijiste. Y frotaste las manos.
El cigarro siempre calienta.
Sí. Tosí.
¿Estás bien? Preguntaste.
Estoy muy bien.
Perfecto. Dijiste. Y sonreíste.
Aquel café es acogedor. ¿No tomas nada?
Un té sería bueno para la tos. Preguntaste. Y dijiste.
Sí, un té sentaría bien. Me estaba apeteciendo.
Parece que acerté. Dijiste. Y ahí sonreí yo.
Tomamos un café y de inmediato hicimos planes de vida
Que marcharon mal, inmediatamente mal.
Empecé a fumar para pedirte fuego.
Para soportar el frío.
Descubrí que no moriría
Ni de cáncer de pulmón, ni de amor,
sino de la propia muerte, el fuego se apagó mal
y el café cerró las puertas. Para siempre.
LUME
Comecei a fumar para te pedir lume.
Comecei a fumar para te pedir lume.
Para arranjar um motivo. Para.
Tens lume? Perguntei-te.
Sim. Disseste. Levaste a mão ao bolso.
Engatilhaste o zippo. Todo prateado.
Abeiraste-te e fizeste concha com a mão direita.
Eras canhoto, como o coração.
Agora. Disseste.
E levei o cigarro até à chama.
Já está. E sorriste.
Importas-te que te acompanhe? Perguntaste.
Não, claro que não. Claro que não.
Está frio. Disseste. E esfregaste as mãos.
O cigarro sempre aquece.
Sim. Tossi.
Estás bem? Perguntaste.
Estou muito bem.
Óptimo. Disseste. E sorriste.
Aquele café além é acolhedor. Não tomas nada?
Um chá fazia bem à tosse. Perguntaste. E disseste.
Sim, um chá calhava bem. Estava mesmo a apetecer-me.
Parece que adivinhei. Disseste. E aí sorri eu.
Tomámos chá e de imediato fizemos planos de vida
Que correram mal, imediatamente mal.
Comecei a fumar para te pedir lume.
Para passar o frio.
Descobri que não viria a morrer
Nem de cancro pulmonar, nem de amor,
mas da própria morte, mal o lume se apagou
e o café fechou as portas. Para sempre.
Estoy pisándote, ciudad el alma
ResponderEliminarde calle a casa, de la noche al día,
sin darme cuenta de que me vas ganando,
sin darme cuenta de mi tiempo y de mi vida.
Jesús Delgado Valhondo
Hermoso poema, Emma. Donde hay desesperanza siempre quedan los posos del té. Una biblioteca es un acto de fe.
Me levanto y lo primero que hago es escribirte. Me impresionas.
Buenos días
Un abrazo
Buen día Antonio, me levanto y lo primero que hago es leerlos. Gracias. Gracias. Siempre.
ResponderEliminarUna vez comenze una actividad para acercarme a el... y me volvi aficcionada (por un tiempo)el tiempo que el duró en mi vida. Luego desapareció y yo ya no fui mas a ese lugar.
ResponderEliminarNo conocia a esta escritora, como te dije estas subiendo poemas-bomba hace dias, jeje!
Abrazo.
Una vez alguien dejó de fumar por mí(como yo no fumo, para pasar más años conmigo, pero conozco un caso de un chico que comenzó a fumar porque como su novia fumaba no quería durar más años que ella...)El caso es que a la primera discusión lo primero que hizo fue prender un cigarro...Se hacen muchas cosas por amor, pero no sólo las mujeres. Me gustó ver que la traducción es de Selo. Bicos a las dos..
ResponderEliminarA mi de este poema el primer verso ya me deja desarmada, aunque me encantó todo él.
ResponderEliminarMe pasa como al amigo de Vera, si tengo una discusión lo primero que me pide el cuerpo es un pitillo, ja, ja.
Me encanta pedir fuego y que me lo den.
El caso es que cuando hice la traducción (lo vi en un blog de una amiga suya) estaba en contacto con Ana Salomé y a mí me parecía que lume era bonito; a ella, en cambio le gustaba mucho fuego, ya ves.
Besos, Emma.
Ay, Blue, yo también me decanto por lume. Y después que hermoso el verbo, "alumear". Pero ahí está la gracia del lenguaje...tantas y tantas formas de decir. Y luego están las acrobacias del poeta, que eleva las posibilidades al infinito...Biquiños!!!
ResponderEliminarEs el tercer escrito acerca de cigarrillos, no menos drástico, no menos cruel, no menos terrible. Imaginé al chico del encendedor.
ResponderEliminarIndudablemente, nuestras entradas estaban unidas. :)
ResponderEliminarUn par de buenas excusas para vivir, devienen en causas de morir?
ResponderEliminarGracias Selo!!! Como te dije antes, lo leí hace 2 años y se me quedó muy grabado este poema. Hacenos el favor de que podamos seguir leyéndola, si?
ResponderEliminarUn abrazo enorme.