«Las margaritas», 1966 dirigida por Věra Chytilová |
UNA MUJER COMO YO, POR EJEMPLO.
Una mujer
no merece
su tiempo
para dedicarse
a las cosas que le interesan.
Porque…
¿Es que las cosas que le interesan a una mujer
no son interesantes?
O que…
¿Una mujer no demuestra el suficiente interés
en lo que le interesa como para que a los demás
le resulte interesante y le den su tiempo?
O es que…
¿Lo interesante que ella haga es lo que al otro no le resulta interesante hacer?
Todas estas preguntas
se las hace una mujer…
Una mujer como yo, por ejemplo
cuando tiene un tiempo breve
para hacer algo que le interesa.
Y mientras transcurre su tiempo
se pregunta
¿Era esto lo que quería hacer?
¿Preguntarme acerca de estos temas?
¿Desperdiciar esta hora que me han permitido tener
en pensar en esto que ni siquiera sé si es en lo que quiero pensar?
¿En realidad merece una mujer
ese tiempo para hacer lo que ella quiere hacer
si en realidad ella no sabe lo que quiere hacer?
¿Ella merece tiempo para creer
que quiere hacer algo?
¿Tiene sentido seguir pensando en esto?
No importa,
ese tiempo perdido es ser una mujer.
Una mujer como yo,
por ejemplo.
Así es y así debe y no debe ser.
Cuando una ser humano mujer se piensa
piensa
si realmente es un ser humano o no.
Una mujer cree que es tan lista
que por eso no sabe lo que quiere.
Una mujer cree que tiene que ser tan lista
que los demás se tienen que convencer de que es una estúpida
porque en el fondo cree que cuanto mas dejada de lado sea
mas libre y feliz será,
en el lado de la vida dejado de lado por la productividad.
El fabuloso lado donde se haya todo lo ingobernable,
todo lo inaprensible,
como la vida y la muerte,
el tiempo, el amor, lo misterioso,
la belleza, lo intuitivo,
el universo (con todo lo contenido en él),
lo simple, lo sin importancia…
entre otras “cosas”.
O algo así… Creo.
Bueno…es muy difícil terminar un poema
y darle un sentido determinado.
Pero venía bien ¿No?
Una mujer es alguien como yo, por ejemplo.
POETA/ARTISTA PLÁSTICA/ESCRITORA/CURADORA
de Antología de la Nueva Poesía Argentina, Perceval Press, 2009
Selección Gustavo López
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Ser mujer es vivir bifurcada. O algo así.
ResponderEliminarSensaciones reflexiones en forma de poema, Emma.
ResponderEliminarUn gran poema y una gran poeta Fernanda Laguna.
Un abrazo fuerte
Ana
no la conocía... y me ha encantado...
ResponderEliminarbesos!
"en el lado de la vida dejado de lado por la productividad"
ResponderEliminarMe gustan las mujeres que viven en ese lado. Cada vez son menos, creo (no es que el caso de los hombres sea muy distinto).
Hermoso poema.
El gato
ResponderEliminarEl gato es lindo
se lo ve a través de la ventana
sentado en la pared
que divide una casa de la otra.
El gato es negro
pero se lo ve porque sus ojos son amarillos
y la noche no es tan negra como él.
El pelo del gato es brillante y corto
y él se llama a sí mismo.
¿Grita?
No, no grita está callado.
No está cantando tampoco.
El gato no se sabe si es macho o hembra
porque está quieto
y un poco lejos.
No importa saber qué es
porque nadie precisa ponerle nombre.
El gato tiene su nombre propio
y sabe llamarse por éste.
La pared es fina y alta
pero el gato no parece tener miedo.
Ha movido la cabeza una vez
y la dejó ahora hacia la izquierda
apuntando ala casa de uno de los vecinos.
A la casa del que tiene parrilla.
Al lado del gato se ve aparecer un florero
y el gato no se ha dado cuenta
aún.
El gato es bello
y todos lo perciben en los ojos.
Es un poco loco también
porque no se mueve ni un poquito.
No se ha corrido desde que llegaron los demás,
pero no parece que resulte aburrido mirarlo
porque todos lo miran.
¿Es la belleza del gato o es su negrura lo que atrae?
¿O son las dos cosas?
http://www.zapatosrojos.com.ar/Biblioteca/Fernanda%20Laguna.htm
Parece que este último poema habla de mi gata. Muy bello! Besos
ResponderEliminartiene una forma quizás diferente de decir, por eso me gusta
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