Ilustración de Ilse De Wit |
LA SOMBRA DE LOS OTROS
Yo he estado sola en el fondo de mi casa
y he sentido tras de mí una sombra cálida.
He tenido miedo de volverme y no hallar nada.
La sombra, lo sé, ha intentado acariciarme el cabello,
suave,
levemente para que no lo note,
para que no sepa cuánto me cuida.
La sombra quisiera acariciarme despacio,
teme que me eche a llorar
porque sé que no merezco la recompensa.
La sombra, lo sé, es quien me dicta,
me examina y me indica en las esquinas
a dónde mirar para no morir atropellada.
Todo lo someto a su juicio
y nadie lo sabe,
creen que no consulto jamás,
que no pido ayuda,
que no me equivoco
Yo he estado sola en el fondo de mi casa
y he sentido tras de mí una sombra cálida.
Sólo yo sé cuántas veces no la merezco,
yo he estado sola y he sentido una sombra cálida.
Yo he sentido miedo de volverme y no hallar nada.
(Matanzas, Cuba, 1966)
de La sombra de los otros, Editorial Letras Cubanas,
Colección Pinos Nuevos, 1994
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Me dan miedo las sombras, las presencias...prefiero que no me acarice ni nada, jeje!
ResponderEliminarIgualmente precioso poema
BesOte!! =D
completamente de acuerdo con Izsa, da un poco de miedo sentir que alguien te acaricia y no ver a nadie...
ResponderEliminarpero por otro lado, el poema es maravilloso y las imágenes en perfecta conjunción con las palabras. Enhorabuena
un soplo desde el maestrazgomagico.blogspot.com
RAUL
Yo también siento miedo de perder mi sombra, no me acostumbraría a vivir sin luces. Esa sombra que incluso nos sigue en la boca del lobo, en la velocidad del miedo... Creo a veces que la sombra, la propia, evita que nos lancemos a sitios indebidos. Ya sean en el fondo de nuestras casas. Un saludo muy fuerte Emma.
ResponderEliminarSin embargo es reconforante sentirte acompañada en la soledad, saber que alguien se interesa y te acompaña, no?
ResponderEliminarBesos
Eso también me gustaría ver, si esa sombra del poema, se refiere a la propia, o a la de un ausente.
ResponderEliminarEs bello el poema, todo él se desliza como esa sombra, y te acaricia, con una mano de aire, y amiga. Tampoco sé si es importante saber a quién pertenece esa sombra, si una presiente que está cargada de intenciones benignas. Mejor imaginar que es la sombra de alguien que nos quiere bien, pero no ponerle nombre.... Besos
ResponderEliminarMe ha resultado un poema muy felino, elegante y sigiloso, la de esa sombra que presentimos que se preocupa y cuida de nosotros cuando la necesitamos.
ResponderEliminarbesos
Yo interpreté la sombra como de alguien ausente Aka. Jamás me dió miedo. Y ella, la que escribe, tiene miedo de darse vuelta y que no haya nadie. Pienso que uno siempre quiere creer que alguien la sostiene, no?
ResponderEliminarA mí me pasa, yo quiero, yo creo.
Saludos a todos!!!
Mientras te dejas acariciar por el poema parece que la sombra es de ella, en cambio, al acabar me pasa lo mismo que a Emma. Alguien ausente... las ausencias están con nosotros, a veces alimentándose de nosotros cual rémoras o meramente en simbiosis.
ResponderEliminarDa miedo darse vuelto y encontrarse con nada.
ResponderEliminarestoy en la sombra, en la red que te sostiene (ahí pongo mi corazón y lo pongo, también, porque te necesita).
ResponderEliminarP.S.: es precioso pensar que a mitad de camino, exactamente, nos encontramos, en el espacio intangible entre los cuerpos. un abrazo largo.
ResponderEliminar"Yo he estado sola en el fondo de mi casa
ResponderEliminary he sentido tras de mí una sombra cálida." y ahora la extraño...
Saludos desde Mundo Aquilante
Es lo que dijiste, uno siempre quiere creer que alguien la sostiene! Tampoco me dio miedo la sombra, yo a veces la busco pero hace tiempo que no la encuentro. A veces me hago a la tonta, estos tiempos ...
ResponderEliminarCreo que la sombra es su invento para no sentirse sola, como algunos niños se inventan amigos imaginarios.
ResponderEliminarPero no lo digo yo; me lo dicta mi sombra.