1 de julio de 2011

Sara Cohen, La promesa


Fotografía de Masha Sardari
LA PROMESA

No eran oscuros los ojos de mi padre, no.
Eran de un color indescifrable
que se define sólo en la mirada
Siempre supe
algún día tomaría el tren
en que lo vi partir.

Carta manuscrita del poeta a su amada
Gira mi vida
en torno a mi obra
no me pidas lo que no soy
si me caso, Ofeliña,
será contigo.
El tren se detiene
guardo el libro
veo siluetas de hombres
en el andén
se trata de un hombre
y de ninguno
es más bien
la condición de la nostalgia
sin la cual
viajar en tren
no tendría sentido

No eran
todo lo oscuro que suelen ser mis ojos,
los ojos de mi padre.

Eran de un color que vira
Sentí la exclusividad de su mirada
en la imprecisión de su color
Su mentón partido al medio
por su hendidura central
no alcanzaba tampoco a definirse
por la leve hendidura de mi mentón.

Lo sabes, Sarita,
a mí me tienes siempre
Yo sé
del valor de una promesa
también sé
a nadie se tiene siempre

La ausencia
es una luz que encandila y ciega.




Sara Cohen 
(Buenos Aires, Argentina, 1955) 
de Escena con cartas, Emecé Editores, 2003, pág. 13
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7 comentarios:

  1. "La ausencia
    es una luz que encandila y ciega."

    me enamoré de esos dos versos.

    besos!

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  2. que buena voz, dice la voz de todos... sin ausencias... guillo

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  3. Me gusta como habla esta mujer.
    Un beso

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  4. El poema es buenísimo!! y la última frase es lo que más me gusta , el cierre del poema, bello, gracias por compartir, besos

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  5. Hay mujer!! se me vinieron las lagrimas a los ojos... con lo que Amo yo a mi Padre!!

    Cito esto letal:"Yo sé
    del valor de una promesa
    también sé
    a nadie se tiene siempre"

    Abrazo!

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  6. Me mató la foto que acompaña al texto, esas alas luminosas.

    Te cuento algo: en la cabecera de mi blog puse una foto de mi espalda, con las alas tatuadas.
    Cuando me fui de casa a estudiar, a los 17, mi padre (que no era un tipo que tuviera grandes demostraciones de cariño) me regaló un par de alas de papel y me dijo "usalas bien". Yo me las pinté en la espalda para no olvidarme nunca.

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  7. Que hermoso tu comentario Malena! y mas el gesto de tu papá!en ese momento te demostro todo el cariño que dices que no demostraba asiduamente; yo tambien me las hubiera tatuado...

    Genial!

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