Fotografía de Old York |
Lavaba una pollera
de las gotas de mi sangre.
Pensé en la sangre de las mujeres
manchando cosas por ahí
nuestras cotidianas intimidades
lavadas
perfumadas
y la sangre perdida, abandonada
juntada en algodones y receptáculos
las hembras sangramos
y lavamos
perdonando nuestra sangre
los machos solo acechan fastidiados
el fenómeno recurrente;
pobres, tan torpes y solos.
Martha Svorcan
(Córdoba, Argentina, 1959)
de Azoteas, Ediciones Fojas Cero, 1999
en Once titular, antología de poesía llantodemudo
Llantodemudo Ediciones, 2011
para leer MÁS
Muchas veces una sangra en silencio, hay cosas que no se pueden limpiar siquiera con un buen chorro de agua fría.
ResponderEliminarPobres, eso digo yo... jeje.
ResponderEliminarMe gustó el poema, no es fácil dotar de sentido y música un hecho tan cotidiano y al mismo tiempo escondido durante tantos siglos. Incluso hoy en día causa repelús a más de uno y una...
Que la sangre sea nuestra marca y olé!
me encantó esta mujer y su decir! "sangramos y lavamos perdonando nuestra sangre" qué maravilla! y cuánta nostalgia...
ResponderEliminarbesos
Ja! Absolutamente discriminatorio Más allá del fastidio...
ResponderEliminarAlgo que tantas mujeres han hecho con vergüenza, a escondidas. Afortunadamente ahora ya no es así (aunque tampoco es esa felicidad de los anuncios de Evax...)Me gustó
ResponderEliminarVaya, esa sangre como signo de identidad!! Este poema dió en el clavo. El trasfondo del poema es muy cierto.
ResponderEliminarBesoss.
Sí, a mí también me encantó. Y sí, es discriminatorio, y si te jode Curiyú: llamá al INADI! ;)
ResponderEliminarHay que reconocerlo, somos magas
Mmmmm ... yo puteo como loca esos días. :S
ResponderEliminaryo soy un ser malvado, mala, muy mala
ResponderEliminarJa, qué mala onda! Hablaré con Morgado!
ResponderEliminarTe quiero Curiyú, en serio! ;)
ResponderEliminarLos tres versos finales con su sarcasmo, sobran en un poema de una sencillez hermosa
ResponderEliminar"los machos solo acechan fastidiados
el fenómeno recurrente;
pobres, tan torpes y solos."
porque no es más que una visión subjetiva, porque hay muchas maneras de sangrar sin rituales genéticos.
Los hombres sangran, las mujeres somos la sangre del mundo. Esa es nuestra diferencia.
Sorry, me trajo a la memoria un poema mío sobre el tema "En-carnadas".
Un placer.
Morgana de Palacios.
www.ultraversalia.blogspot.com
Es cierta tu reflexión Morgana.
ResponderEliminarAhí voy a visitarte. Saludos!