Fotografía de Anka Zhuravleva |
ADOLESCENTE
¿Yo, adolescente?
Si de repente, aquí, ahora, se plantara ante mí,
¿tendría que saludarla como a una persona próxima,
a pesar de que es para mí extraña y lejana?
¿Soltar una lágrima, besarla en la frente
por el mero hecho
de que tenemos la misma fecha de nacimiento?
Hay tantas diferencias entre nosotras
que probablemente sólo los huesos son los mismos,
la bóveda del cráneo, las cuencas de los ojos.
Porque ya sus ojos son como un poco más grandes,
sus pestañas más largas, su estatura mayor
y todo el cuerpo recubierto de una piel
ceñida y tersa, sin defectos.
Nos unen, es cierto, familiares y conocidos
pero casi todos están vivos en su mundo,
y en el mío prácticamente nadie
de ese círculo común.
Somos tan diferentes,
pensamos y decimos cosas tan distintas.
Ella sabe poco,
pero con una obstinación digna de mejores causas.
Yo sé mucho más,
pero, a cambio, sin ninguna seguridad.
Me muestra unos poemas
escritos con una letra cuidada, clara,
que no tengo ya desde hace tiempo.
Leo y leo esos poemas.
A lo mejor este de aquí,
si lo acortáramos,
y lo corrigiéramos en un par de lugares.
El resto no augura nada bueno.
La conversación no fluye.
En su pobre reloj
el tiempo es barato e impreciso.
En el mío mucho más caro y exacto.
Al despedirnos nada, una especie de sonrisa
y ninguna emoción.
Sólo cuando desaparece
y olvida con las prisas la bufanda.
Una bufanda de pura lana virgen,
a rayas de colores,
hecha a ganchillo
por nuestra madre para ella.
Todavía la conservo.
¿Yo, adolescente?
Si de repente, aquí, ahora, se plantara ante mí,
¿tendría que saludarla como a una persona próxima,
a pesar de que es para mí extraña y lejana?
¿Soltar una lágrima, besarla en la frente
por el mero hecho
de que tenemos la misma fecha de nacimiento?
Hay tantas diferencias entre nosotras
que probablemente sólo los huesos son los mismos,
la bóveda del cráneo, las cuencas de los ojos.
Porque ya sus ojos son como un poco más grandes,
sus pestañas más largas, su estatura mayor
y todo el cuerpo recubierto de una piel
ceñida y tersa, sin defectos.
Nos unen, es cierto, familiares y conocidos
pero casi todos están vivos en su mundo,
y en el mío prácticamente nadie
de ese círculo común.
Somos tan diferentes,
pensamos y decimos cosas tan distintas.
Ella sabe poco,
pero con una obstinación digna de mejores causas.
Yo sé mucho más,
pero, a cambio, sin ninguna seguridad.
Me muestra unos poemas
escritos con una letra cuidada, clara,
que no tengo ya desde hace tiempo.
Leo y leo esos poemas.
A lo mejor este de aquí,
si lo acortáramos,
y lo corrigiéramos en un par de lugares.
El resto no augura nada bueno.
La conversación no fluye.
En su pobre reloj
el tiempo es barato e impreciso.
En el mío mucho más caro y exacto.
Al despedirnos nada, una especie de sonrisa
y ninguna emoción.
Sólo cuando desaparece
y olvida con las prisas la bufanda.
Una bufanda de pura lana virgen,
a rayas de colores,
hecha a ganchillo
por nuestra madre para ella.
Todavía la conservo.
PREMIO NOBEL DE LITERATURA 1996
de Aquí, Edición bilingüe, Bartleby Editores, 2009
Traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano
para leer MÁS
para leer una muy buena entrevista
de Aquí, Edición bilingüe, Bartleby Editores, 2009
Traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano
para leer MÁS
para leer una muy buena entrevista
Me encanta. Los dos últimos versos me parecen buenísimos. Creo que servirían para definir a mucha gente. Y aunque es una cualidad un tanto pueril, curiosamente muchos se obstinan más y más en lo poco que saben a lo largo de los años. En vez de obstinarse en saber más cosas. Supongo que la primera es una obstinación cómoda. Está claro que el compartir sexo, edad, raza, etc. no tienen porque implicar cercanía, a veces incluso hace más patente los abismos entre personas.
ResponderEliminarBesos
Jajaja podría haber ido acompañando mi post del otro día! es exactamente lo que diría yo de aquella criaja que fui, que fue...
ResponderEliminarFantástica Szymborska (aunque sea incapaz de pronunciar su nombre, ays)
Quizá, mirarla con indiferencia, con la desidia de Dido hacia Eneas...
ResponderEliminarAtrapalho-me com a língua. Às vezes não consigo compreender bem o sentido, mas a musicalidade dos versos e das palavras me encanta mesmo assim
ResponderEliminarUm beijo.
me encanta la szymborska... y el poema que has compartido...
ResponderEliminarbonito sitio...
Me recuerda a Pipi Langstrum. El nombre ni intento escribirlo, wzxlxya o algo así...
ResponderEliminarBesos.
Ayyy, siempre pones poemas de Wislawa cuando más los necesito, cuando mejor me vienen!
ResponderEliminarEste me gusta especialmente... será porque mi yo adolescente aún no se ha soltado del todo del yo maduro.
Gracias.
Me encanta esta poetísa (es mas fáci de escribir que su nombre).
ResponderEliminarMarga tiene razón, me acordé de su entrada tras leer la tuya Emma.
Y digo lo mismo que le dije a ella, somos distintas pero cada na contenemos a la otra y debemos darle su lugar.
Besos
Me encanta Wislawa (Nobel Literatura 1996) por su perspectiva existencialista que nos lleva a reflexionar sobre la vida en concreto, en sus relaciones sociales...de alguna manera su época (2a. Guerra Mundial) marcó la prosa de la poetisa curtida por la guerra y la ocupación soviética de su querida Polonia, una época donde a todos "ponían en un solo costal" en aras de una estúpida igualdad; no había posibilidades de hacer distingos o de reinvindicar el derecho a ser diferente...reivindicar este derecho es un derecho humano, es una fuerza adolescente que sacamos de nuestro interior para seguir creciendo porque es en esta etapa transitoria de la vida en donde nos consideramos únicos y diferentes a todos los demás y terminamos por definir lo que en la adultez seremos...aunque muchos se quedan en esa etapa y puede durar toda una vida para que en un instante descubrir lo que nos define...tal vez cuando encontramos un propósito en la vida.
ResponderEliminarLindos todos! qué cacho de comentarios!!! y yo tan burda...no sé qué agregar, solo GRACIAS
ResponderEliminar¡¡¡ QUÉ PUÑALADA MÁS BIEN PUESTA!!!
ResponderEliminarME ENCANTA.
Juás! qué bueno... si lo he entendido, claro... es curioso, si yo miro a mi adolescente, la siento extarña pero siento hacia ella el cariño de la comprensión...
ResponderEliminarAchuchones, Emma!